26 septiembre, 2011
La industria del software crece a pasos agigantados en la Argentina. Según datos del Ministerio de Industria, el sector creará unos 60 mil puestos de trabajo en 2011 y, además, el Congreso le dio el OK a la extensión de la Ley del Software. Pero mientras las empresas se agrupan en la Cámara Argentina del Software y Servicios Informáticos (CESSI), los empleados siguen sin tener un gremio fuerte.
El 11 de marzo, se inscribió en el Ministerio de Trabajo un sindicato que representa a los trabajadores del software: Unión Informática, compuesto por empleados de IBM, que cuenta con la asesoría y apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT), a través de Facundo Moyano, hijo del secretario general de esa entidad y titular de la Juventud Sindical.
“A medida que crece la industria, paralelamente, las empresas han tomado la decisión de ir igualando o sosteniendo los salarios, los mismos costos. El poder adquisitivo de un IBMer (empleado de IBM) se redujo a la mitad. Y, en general, es en toda la industria. Hay firmas que pagan bien y está perfecto, pero no ocurre en las principales empresas, las líderes, como IBM, HP, Globant”, afirma Pablo Dorín, Secretario General de Unión Informática, a la hora de responder sobre la situación del sector.
A pesar del imaginario colectivo, los problemas de los “informáticos” parecerían ser los mismos que los del resto de los trabajadores. “Un IT Specialist tiene una escala salarial que va aumentando. Hace dos años estaba en 3.400 pesos y hoy está en 4.500. Las empresas aumentan la escala y no lo hacen efectivo al trabajador que tiene antigüedad. Un empleado que está hace cuatro años en ese puesto cobra el mismo sueldo desde hace cuatro años y el que ingresa hoy gana el sueldo de la escala nueva“, ejemplifica Christian García, secretario Gremial de la entidad.
Los secretarios añaden otras cuestiones que rompen con la legislación laboral vigente. “IBM nos prohibía decir cuál era nuestro sueldo y, si lo decíamos, éramos despedidos. Hablar de sindicato también era motivo de despido“, indica García. “En HP no tenés recibo de sueldo, lo podés descargar de Internet como si no fuera un documento legal. No es discutible si me lo dan o no, no es opcional, porque se lo tengo que firmar al empleador”, asegura Dorín.
Los integrantes de Unión Informática coinciden en que esta situación se extiende casi todas las empresas del sector. “No quiero generalizar, pero casi todas las que están en la CESSI tienen el mismo lineamiento. Las empresas grandes, como IBM y HP, marcan la tendencia hacia abajo. Hay empresas chicas de 700 personas que hacen lo mismo”, advierte García.
Esta especie de acuerdo tácito lo ven entre varias empresas y se muestran preocupados del nivel de alineamiento que existe entre ellas. “IBM y HP, si bien compiten entre sí, tienen los mismos sueldos, las mismas escalas salariales y dan calificaciones a su empleados, una con números y la otra con letras, pero en ningún caso son objetivas”, indica Dorín, en tanto que García ejemplifica: “Si renunciás (por disconformidad) a una gran empresa, es probable que no puedas encontrar trabajo en otras empresas que son clientes, pues te pedirán las referencias”.
Por otra parte, Dorín desmitifica los beneficios que ofrecen las compañías para mostrarse descontracturadas. “Nosotros tenemos clases de tango, otras empresas ponen peloteros. Pero son cosas sin valor. Es cotillón. La realidad es que un sueldo promedio ronda los 3.200 pesos. Y hay sueldos de 1.800 pesos en empresas de primer nivel, que están por debajo del salario mínimo, vital y móvil”, relata Dorín.
El secretario general, además, critica al modelo de esas empresas, que por lo general hacen “outsourcing“, es decir, proveen servicios para empresas más grandes. “Queremos que haya trabajo y no que sólo se hagan trabajos tontos al exterior. Queremos que ese outsourcing se vaya convirtiendo poco a poco en una industria informática de calidad, que tenga productos informáticos de alto valor agregado”, se explaya.
Dorín y García trabajan desde hace cinco años en IBM, empresa en la que organizaron una huelga el 28 de julio y volverían a repetir la medida el próximo 28 de septiembre. “Los trabajadores informáticos se cansaron de decir ‘esta es la mejor industria’, somos los mejores. Hay un poco de soberbia, pero vimos que trabajadores menos calificados ganan más dinero que nosotros, ahí empezamos con el sindicato”, narra García.
En primera instancia, acudieron al CEPETEL, sindicato que agrupa a empleados de la comunicación y alineado con la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), pero hubo desacuerdos con el modelo de esa entidad. Luego se reunieron con Facundo Moyano, quien les brindó asesoría sobre la conformación del sindicato. Ahora sólo esperan que el Ministerio de Trabajo les otorgue personería gremial, para poder realizar ciertas acciones como la confección de un Convenio Colectivo de Trabajo que indique pisos salariales en base a los puestos.
El principal reclamo es que la remuneración mínima de un trabajador del software sea de 5.000 pesos. “No es sólo tirar una cifra, hay otros aspectos, como la capacitación, que actualmente se los paga por su cuenta el empleado“, ejemplifica García. Dorín, concluye: “No queremos destruir empresas, queremos que se nos pague por lo que trabajamos”.
[Update: Estamos trabajando para traerles la posición de IBM, HP, Globant y CESSI; y conocer qué opinan sobre las declaraciones der los dirigentes de la UI y la creación del gremio.]