9 junio, 2010
Sí señores, ya estoy harto de tanta hipocresía, lo único que escucho por chats, mails y llamados telefónicos son frases del tipo: “Hace tres años nos llenaban de regalos”, “Me acuerdo que una vez me dieron una cena por 200 mangos en Sushi Club”, “Extraño la pata de jamón con la que comíamos tres días” ¿Dónde quedó nuestra conciencia de oficio?.
En realidad quería esperar a que tuviéramos los blogs habilitados para publicar esta nota, pero la ansiedad y opresión que juntas invaden mi calmo ser obligáronme a cambiar de planes para denunciar las cabales actitudes de quienes dicen llamarse periodistas en días tan pertinentes a la reflexión como la conmemoración de la aprición del primer periódico de la etapa independentista argentina.
Como todos sabemos, en el mundo de las empresas y negocios abundan los reconocimientos materiales a quienes se desempeñan en los medios de comunicación como muestra de gratitud por la paciencia y aguante por ” comerse” muchas veces los “eventos ” más embolantes del mundo con los expertos más aburridos de la galaxia explicando lanzamientos más intrascendentes que un pedo suelto en el cosmos.
De eso a que comiencen a quejarse por la escasez de atención regaladoril recibida en la fecha: es una aberración que no puedo dejar pasar por alto si me importa lo que hago y amo a mis semejantes.
Desde el viernes pasado que vengo escuchando: “Sólo un mouse que encima no es inalámbrico”, “Estos caramelos no se los pienso dar a mis hijos”, “La segunda bandejita de medialunas del día ¿para cuándo un iPhone?” y la clásica nostalgia por las glorias pasadas: “¿Se acuerdan de la pata de jamón que comimos cinco días seguidos?”, “Sí, la que bajamos con el vinito de 250 mangos”, y la fatal “Antes hacíamos sorteos con la cantidad de regalos que recibíamos”.
¿Dónde quedó nuestra conciencia de oficio? Esa y tantas dudas que deberemos iluminar para que el próximo 7 de junio nos encuentre de mejor humor y con más obsequios para quienes así lo desean.
