22 julio, 2011
Tecnópolis es el evento top del momento y nadie lo puede negar, ni siquiera la lluvia, el viento o las condiciones climáticas desfavorables de los últimos días están impidiendo que cientos de miles de personas se acerquen a visitar la monumental instalación multiespacio que el Gobierno nacional montó en el predio de 50 hectáreas del ex batallón del Ejército Argentino. Allí, en medio de los visitantes y los operarios identificados con color naranja, controlando que todo está funcionando de maravillas, moviéndose de un extremo al otro del lugar, hablando con la gente que sale de las actividades y también con los operarios que todavía están trabajando, lo encontramos a Tomás Amegeiras que lleva colgada de su ropa casi media docena de handys.
Tomás es el coordinador de actividades en Tecnópolis y por estos días se siente como el dueño de un flamante parque de diversiones que recibe a enormes contingentes de chicos, adolescentes, alumnos de todas partes de la Argentina y familias que se acercan a la imponente muestra con el entusiasmo a flor de piel. Una sola frasa basta para expresar sus sentimientos: “Todo esto es muy fuerte”. En un parate en medio del cronograma de actividades logramos dialogar un momento con Tomás para que comparta un pequeño balance de esta primera semana de vida de Tecnópolis.
– ¿Cuál es el espíritu que intenta transmitir la feria?
– Tecnópolis lo que intenta es apuntar a la divulgación y a la popularización de la ciencia, y que la gente pueda participar de modo distinto de una serie de proyectos y actividades que se llevan adelante tanto desde el ámbito público y privado en 200 años de historia de la industria y de los avances científicos tecnológicos de la Argentina. En este sentido, Tecnópolis promueve la innovación inclusiva: nosotros tenemos que entender que el proyecto de I+D+I es gente pensando en ciencia básica que se plasma en mejor tecnología y que lleva a una innovación en los procesos productivos que nos va a servir a todos a mejorar la calidad de vida si esa innovación promueve la inclusión. Que la gente también entienda que todos los días tu vida tiene ciencia, tecnología e innovación productiva, como dicen desde el Ministerio. Cuando encendemos una lamparita, cuando encendemos la radio, hay alguien detrás que investigó, que lo transformó en tecnología, en técnicas nuevas y que se plasmó después en una innovación en los procesos.
– ¿Cómo se ve esta filosofía reflejada en Tecnópolis?
– Vos a lo largo de la feria podés ver lo que fue la fabricación de nuestra industria aeroespacial, lo que fue la fábrica militar de aviones en su momento, podés ver los Pucará, los aviones de entrenamiento, los desarrollos en turbina, la historia de Argentina que estuvo como tercer productor de aviones en el mundo, acá se fabricó el primer avión a reacción, tenés el Pulqui 1 y 2, también hay muestras de aprovechamiento de energía atómica, un especio de biodiversidad para aprovechar los recursos que tenemos pensando en las generaciones futuras haciendo un aprovechamiento sustentable, exhibimos aplicaciones de software de modo más lúdico con robótica…Hay muchos temas complejos que en Tecnópolis los podés mirar de un modo más amigable.
– Como coordinador de la feria ¿qué sentiste al ver la muestra inaugurada tras los intensos días de trabajo? Esto era un terreno destruído
– Es muy fuerte ver la cara de sorpresa de la gente, su capacidad de maravillarse. La gente que viene a Tecnópolis sabe que se va a acercar a cosas que comúnmente no ve. Vienen a ver máquinas grandes, estructuras gigantescas, ya con la cabeza abierta para dejarse sorprender. Es un desafío porque no es solo mostrar un avión grande sino jugar con eso de estar a la altura de la circunstancias, vemos que los adultos vienen a sorprenderse, como hacen los niños habitualmente.
– Por lo que vemos en la actitud de los asistentes, la gente viene entusiasmada, como si fuera un parque de diversiones…
– Una vez que estás participando, que vas aprendiendo, que te sentís a gusto e hiciste una cola para entrar a una actividad, no hay vuelta atrás. La gente sale de las actividades y comenta a los que están esperando qué tal estuvo. Es natural, la gente le pregunta al que sale si vale la pena, y le dicen “hacé la cola que vale la pena”, eso ya genera una cosa muy fuerte. Imaginate que la gente viene y espera, la entrada es libre y gratuita, genera el boca a boca que es incontenible. El jueves después de la inauguración había 30 mil personas. Viernes, sábado y domingo pasaron 350 mil personas, son números enormes. Ayer había mal tiempo y la gente estaba esperando afuera. Hoy llegaron a partir de las 10 de la mañana, con micros que vienen del interior que llegan con contingentes de escuelas, sociedad de fomento, centros culturales, la gente se organiza para llegar a Tecnópolis. En un momento llegó un colectivo con chicos que se bajaron con sus instrumentos, bombos y violines, y se pusieron a tocar adentro de la feria, una chacarera, a bailar, es muy fuerte esto…¡¡y faltaba una hora para abrir!!. Acá podés traer tu vianda, hacer un picnic con tus amigos o tu familia, instalamos un skate park que se realizó con el asesoramiento y la ayuda de la asociación Argentina de Skate: la medida de esa pista es increíble, tiene tribuna, pasan música todo el día, está bastante oculto, es una especie de tribu.
– ¿Qué es Tecnópolis para la gente?
– La gente está haciendo propio cada espacio de Tecnópolis. Eso es muy grosso, lograr que la gente entienda que esto es de todos. El predio antes era un batallón del ejército argentino y este gobierno lo transforma en un parque de ciencia y tecnología para todos. La gente entra y lo cuida, vi adultos que retaban a un grupo de adolescentes que estaban pisando una planta. La gente lo siente como propio, es algo muy lindo, la gente viene a disfrutar, cuida se autocontrola. Esto no es menor: hay que estar pendiente de una masa de público tan grande, hay que tener mucho cuidado con eso porque en algún punto todo colapsa. El fin de semana pasado los puestos gastronómicos del mercado federal con desarrollo social habían traído provisiones para poder reponer siete días pero en un día agotaron todo. Por eso nosotros tenemos que estar muy cerquita y tener cuidado. La gente siente que esto es de todos, no es lo mismo que sentir que no es de nadie. Cuando no es de nadie viene el descuido, la falta de respeto con el espacio del otro.
– ¿Qué pasa con la feria después del 22 de agosto?
– Tecnópolis va a tener dos instancias. Una feria anual que va a tener un período hasta el 22 de agosto y otra permanente, un espacio de exhibiciones que también contará con algunas actividades itinerantes. Cuando finalice Tecnópolis 2011 hay exposiciones que se van a reubicar en el parque. Este año es muy particular porque se está haciendo la obra civil del parque permanente. Ahora tenés que reemplazar la infraestructura de la permanencia que convivirá con los contenidos que queden de esta primera edición. Entonces van a tener que reubicarse en el sector, del medio hacia Zufriategui probablemente. La parte de exhibición propia la vamos a estar rediseñando constantemente. Tecnópolis, además de la muestra, va a ser el lugar natural para exposiciones de arte y tecnología, congresos, simposios o encuentros de empresas privadas, organismos y Estado. A su vez se plantea la posibilidad de traer a empresas de base tecnológica y que produzcan contenidos tecnológicos para que puedas venir a ver cómo hacen esa parte: hacer incubación de determinados sectores, y que vos puedas ver cómo es el proceso, cómo se ensambla una plaqueta, como se arma un integrado, como se ensambla el laboratorio, y que puedas ver la trastienda, detrás del blindex. Experimentar cómo es un proceso tecnológico real time.
– Como las visitas guíadas que hacíamos en la primaria
– Claro, con la excepción que esas guías generalmente correspondían a empresas del sector alimenticio pero no al tecnológico o científico. Lo que queremos hacer es asignar algunos pabellones de la feria a sectores productivos para que puedan mostrar las distintas actividades que realizan. Esto me va a permitir ver un robot como producto final pero también puedo ver la parte de su ensamblaje, o la programación o el corte laser de las plaquetas. Debemos primero ordenar ese carácter de permanencia porque no es fácil montar una línea para estar solo un mes. El desafío es sentarse con las cámaras y asociaciones para ver cómo organizamos los distintos espacios, la idea no es montar un parque industrial, eso está claro. Hoy vos no podés entrar a una fábrica y ver qué hacen, por eso la idea es que puedas ver a través de una ventana cómo trabajan esos sectores habitualmento, algo así como una visita.
– De movida nos soprendió la velocidad de la conexión a Internet y también la cantidad de personal de producción trabajando en la feria
– Sí, es muy grande esa movida. Para el tendido de la red de fibra trabajamos en conjunto con las empresas de Telecomunicaciones. En Tecnópolis hay un anillo de fibra óptica que te permite conectarte a internet de manera gratuita en 5 redes dispersas por toda la feria. La zona es wifi free, con cualquier dispositivo wifi que tengas podés ir bajándote los contenidos y la agenda online de Tecnópolis, descargar los planos, ver a qué hora comienza cada cosa. Con respecto al personal más o menos en etapa de obra tenemos 12.000 más la gente que se va agregando todo el tiempo. La intensidad del trabajo fue increíble, me acuerdo ahora cuando armaron el Tecnotren, un tren quer recorre la feria de punta a punta: todavía tengo la imagen de cómo hicieron el movimiento del suelo, cómo pusieron la piedra, cómo pusieron los rieles, óomo colocaron los durmientes, luego cómo ensamblaron el tren, cómo lo pintaban y después lo ves funcionar. Cuando ingresamos por primera vez al batallón, que vinimos con el ministro Lino Barañao en diciembre de 2010, vos veías el abandono que tenía el predio, los edificios estaban destruidos, algunos eran escombros, los que seguían en pie estaban en mal estado. Al ver hoy cuando vas caminando y te parás en la loma más alta del predio y mirás para los dos lados, ves el mar de gente que llega, los colores de la feria, las luces a la noche, para mí es muy fuerte cuando en ese momento no era nada, representaba el abandono. Del abandono, pensar en el futuro, es increíble.
– ¿Qué les dirías a los lectores de RedUSERS pasa que se acerquen a Tecnópolis?
– Tecnolopolis te permite ser parte y conocer lo último que hay en arte, cienca y tecnología y te podés divertir muchísimo. No basta con ver cómo es por los medios, hay que venir a conocerlo personalmente.
Por Alejandro D´Agostino y Leandro Piñeiro