27 febrero, 2008
A pesar que servicios como Last.fm se adjudiquen el título de “la nueva generación de radios”, los amantes de este medio le encontramos más similitud con un servicio de “música a pedido” que a una radio propiamente dicha.
Pero ¿qué es una radio? Si vamos al concepto tradicional, la radio se concibió como un medio de entretenimiento unidireccional y fugaz, donde el principal objetivo era difundir música, noticias y la voz de sus responsables, acudiendo para ello a las tantas técnicas que promueven libros como Radialistas Apasionados, de José Ignacio López Vigil.
En los servicios de música a pedido, el único objetivo que se cumple es el de la difusión de la música, pero ¿dónde está el factor humano? Si queremos escuchar una radio tradicional, no nos queda otra que acudir a una transmisión de streaming, que en definitiva no aporta otra cosa que una reproducción del audio que de por sí ofrece la radio a través del aire. En resumen, poco se aprovechan las bondades de Internet en este caso, salvo para difundir un medio más allá de sus alcances tradicionales.
Un grupo de franceses parece haber dado en la tecla con respecto al concepto de una nueva forma de hacer radio a través de Internet, y lanzaron el servicio Radionomy (disponible en fase beta desde el 28 de febrero). Este nos permite montar una verdadera radio que transmita por Internet, sin límite de oyentes, y sin necesidad de transferir los contenidos en directo desde nuestra PC, como nos obliga el streaming.
La música es aportada por ellos, a través de una librería de más de 100.000 canciones. A esto se le pueden sumar nuestras propias producciones radiales, que podemos subir y alojar en un espacio propio que nos otorga la cuenta. Luego sólo restará definir los horarios de aire para cada cosa y poner la radio a funcionar.
La principal ventaja de este sistema es que todo el audio de la radio se encuentra totalmente online, lo que nos evita el tener que destinar una computadora a transmitir durante todo el día, debiendo además contratar un servicio de streaming profesional que nos permita llegar a, por lo menos, más de una veintena de oyentes.
Como si fuera poco, sus desarrolladores prometen compartir parte de las ganancias económicas que generen las publicidades insertadas en nuestra transmisión, además de garantizar el pago de todas las regalías que demande la difusión de material con derechos de autor.
Parece demasiado, pero la cuestión es que el servicio ya está en marcha. Y no se ustedes, pero yo ya estoy preparando mi propia estación en Radionomy. Si alguien se anima a grabar un programa semanal, las puertas de mi “oficina” están abiertas…