10 diciembre, 2008
Hace cuarenta años, el ratón dejó de ser sólo un animal para convertirse en un accesorio de PC que, diseñado por Douglas Engelbart y construido por William English, revolucionaría el mundo de la informática.
Como una especie de Pinocho, el primer ejemplar estaba construido en madera y con un sólo botón, y fue presentado bajo el nombre “X-Y Position Indicator for a Display System” (Indicador de Posición de X-Y para un Dispositivo de Pantalla), aunque el cable que lo conectaba a la computadora y su tamaño de roedor lo condenaron a llamarse mouse o ratón.
Desde entonces, la evolución de este dispositivo ha sido exponencial llegando incluso a no tener “cola” gracias a la tecnología inalámbrica, y a la suma de sus funciones ahora cotidianas como cortar y pegar, seleccionar, arrastrar y por supuesto “cliquear”.
Sin embargo, las funciones que hoy nos parecen muy simples, en 1968 estaban al servicio de un proyecto mayor: “A Research Center for Augmenting Human Intellect” es decir, un centro de investigación para aumentar el intelecto humano.
En este sentido, Engelbart y English destacaron que en ese año estaban trabajando en el Instituto de Investigación Stanford para “desarrollar un laboratorio experimental sobre una PC multi-consola interactiva y demostrar cómo pueden ayudar estos aparatos al aumento de la capacidad intelectual“.
Por otro lado, según la agencia de noticias EFE, como todo invento necesita su cazatalentos, nada menos que Apple vio en 1979 al simpático ratón como catalizador de la democratización de la informática y por 40.000 dólares compró la patente del invento, que el Stanford Reseach Institute había tenido durante más de diez años sin sacar rendimiento.
Así, luego de adquirir el actual animal de compañía de algunas PCs y notebooks, la empresa de la manzana lanzó en 1981 la primera computadora con mouse incluido y ya con dos botones: la Xerox Star 8010.
Hoy, a 40 años de su nacimiento, vale preguntarse si el mouse sobrevivirá o es una especie en extinción frente a la creciente tecnología de la pantalla táctil, la futura posibilidad de ejercer sus funciones con los ojos o los gestos -que hace un año inventó, precisamente, la Universidad de Stanford con el controlador Mgestyk -, y la creación de versiones sofisticadas de los mandos a distancia que ya se usan en las videoconsolas.