8 abril, 2011
Si nos ponemos a pensar, cuando alguien tiene un producto que es muy deseado por los consumidores, puede jugar con ese poder y exigir a los usuarios realizar ciertas operaciones comerciales en beneficio de su empresa.
Por ejemplo, cuando una compañía tiene un producto “estrella” que es muy vendido y tiene buenas críticas por parte de los consumidores, puede usar la imagen positiva de ese producto para instalar otros productos que no tienen tanto reconocimiento en el mercado. Así, una empresa puede exigir para la adquisición del producto “estrella”, la compra o el uso de este segundo producto de modo tal de hacer uso del mercado del producto fuerte para instalar el débil.
En el mercado del software sucede lo mismo. Muchas veces, para que el usuario pueda obtener la nueva versión de algún producto muy aceptado por los usuarios, se ofrece y hasta se exige al usuario la instalación de otros productos con la finalidad de instalarlos comercialmente. Esto sucede en todas las ramas del software, tanto pagas como gratuitas, de código cerrado o de código abierto, porque el mercado de usuarios es uno y no varios. De este modo, programas gratuitos como GIMP compiten con programas pagos como Photoshop y sistemas operativos gratuitos como Linux compiten en el mismo mercado de consumo con MacOSX y las distintas versiones de Windows.
En este caso vamos a hablar de Internet Explorer, el navegador web desarrollado por Microsoft. La nueva versión de este navegador –la número 9– está disponible para descargar desde el sitio web de Microsoft de manera gratuita desde hace unos días y una de las exigencias de esta versión para ser instalada es que el usuario tenga en su computadora alguno de los nuevos sistemas operativos de Microsoft: Windows Vista o el mas reciente Windows 7.
Si Microsoft decide que su estrategia de posicionamiento es trabajar con las últimas versiones de Windows, es porque están trabajando con la idea de que el usuario tiene que hacerse con lo último del mercado porque eso es lo que sirve. La estrategia de posicionamiento está basada en la promoción de ciertas características que todo software nuevo posee en comparación con sus versiones anteriores: el software nuevo siempre es mas seguro, simple y cómodo que el anterior. Si bien esto es una verdad relativa y existen muchos casos en los cuales esta verdad es bastante falsa, a priori la estrategia parece lógica puesto que cualquier empresa desea vender sus productos nuevos porque se supone que son mejores que los viejos, si no fuera así seguiría vendiendo los productos viejos.
En el desarrollo del software existe un campo muy particular que todos los programas y sistemas operativos tienen en común: la actualización. Cualquier empresa que desarrolla software tiene que generar en sus programas y sistemas operativos los módulos (partes del programa) en los cuales se ofrece al usuario actualizar el correspondiente programa vía Internet. La interfaz de actualización siempre tiene que ser cómoda para el usuario y es conveniente que le genere las complicaciones mínimas necesarias para lograr darle un software mejorado sin que tenga que realizar demasiado esfuerzo.
Por ejemplo Chrome –el navegador desarrollado por Google– y Earth –el explorador del planeta Tierra– se actualizan de manera automática sin siquiera comunicarle al usuario que una nueva versión ha sido instalada. Firefox, de la fundación Mozilla, se actualiza cada vez que abrimos el navegador y simplemente nos pregunta si queremos aceptar esta actualización, y con tan sólo un click ya estamos llevando a cabo la actualización. Otros softwares exigen el registro del usuario para darle la actualización, con lo cual complican el proceso, porque agregan pasos que en general al usuario no le interesan.
Windows al ser pago, exige un proceso de registro online para descargar algunas actualizaciones importantes. Windows siempre fue un sistema operativo pago y la versión XP es la mas utilizada en el mundo de las computadoras. Como todos sabemos, esta cantidad de usuarios no es completamente legal, ya que existe una amplia cantidad de usuarios que utiliza el sistema operativo de manera pirateada y esto le otorga diferentes ventajas y desventajas a Microsoft que tal vez hablaré en otra nota.
Lo cierto es que cualquier software pirateado es difícil de actualizar puesto que en general los procesos de actualización están acompañados de alguna clase de detección de software original, lo que reduce la posibilidad de actualización a los usuarios con conocimiento suficiente como para evadir esos controles.
Como resumen sabemos que
- La mayoría de los usuarios de computadoras del mundo usan Windows XP
- Una amplia cantidad estos Windows están pirateados
- Windows necesita registrarse para descargar algunas actualizaciones y este proceso de registro implica la detección de la legalidad del software
- La gran mayoría de los usuarios no poseen conocimiento suficiente para actualizar su software cuando es pirateado, porque requiere conocimientos avanzados para evadir los controles legales
Como consecuencia natural de estos puntos, la actitud de la mayoría de los usuarios frente a las actualizaciones de Windows es la de desactivarlas completamente, de modo tal de evitar los problemas que le traería tener que lidiar con la detección de software original. Así es que en general y en lo que concierne a Windows, los usuarios suelen no estar interesados en las actualizaciones y en lo que ellas implican.
Para complicar un poquito más la cosa, actualizar entre diferentes versiones de Windows es aún más complicado que esto, ya que ni siquiera teniendo una versión paga de Windows XP un usuario recibirá automáticamente una actualización desde Internet de Windows Vista y luego Windows 7. ¿Por que? Porque Microsoft no desarrolla sus sistemas operativos de modo que uno pueda instalarse por encima del otro y vía Internet mediante una actualización simple.
Lo que hace es vender los sistemas nuevos en DVD y su instalación implica quitar completamente la versión anterior. De este modo, incluso teniendo una versión legal del sistema operativo, es extremadamente complicado migrar a una versión nueva de Windows. Y ni hablar del costo que tiene: en la Argentina comprar una versión nueva de Windows 7 cuesta entre 100 y 230 dólares aproximadamente, mientras que actualizar desde un Windows anterior va desde los 70 hasta aproximadamente los 200 dólares. A los fines de la comparación, MacOSX cuesta nuevo unos 60 dólares en Argentina y otros sistemas operativos como Ubuntu Linux ni siquiera cobran.
Retomando la estrategia de ofrecer Internet Explorer 9 sólo a los usuarios de Vista/7 y conociendo las complicaciones que la propia empresa impone a sus usuarios para instalar estos nuevos sistemas operativos, es evidente que hay una pésima estrategia de posicionamiento en los asesores de marketing de Internet Explorer. La estrategia parece lógica desde el punto de vista del software que no tiene esa clase de complicaciones, como por ejemplo:
- El software gratuito o de bajo costo que no posee usuarios piratas.
- El software que ofrece actualizaciones de forma cómoda y prácticamente invisible para el usuario.
- El software que no necesita eliminar sus propias versiones anteriores para instalar las nuevas y que simplemente se instala encima de la anterior sin molestar de mas al usuario.
De este modo y como ejemplo, un programa popular como Google Earth podría exigir para su instalación que el usuario tenga instalado también su navegador Google Chrome, de modo tal de aprovechar la popularidad de Earth para promocionar Chrome. De hecho Google tiene una estrategia de posicionamiento que se acerca ligeramente a esto, ya que si bien no exige al usuario que tenga instalado su navegador, sí llega a ofrecerlo cuando lo descargamos.
La ventaja de este ejemplo radica en que lo que Google podría exigir está ofrecido directamente como una solución completa que no le complica la vida al usuario. Es decir, si Google quisiera obligar al usuario a tener Chrome para poder instalar Earth, sabría muy bien que le estaría ocasionando un problema al usuario que sólo quiere su explorador del planeta Tierra, de modo tal que, junto con el problema, le ofrecería la solución inmediata: otorgarle una instalación de ambas cosas que se realiza de forma automática y que no le molestará al usuario más que instalar solamente Earth.
Si volvemos al ejemplo de Internet Explorer, llegamos nuevamente a la conclusión de que es una pésima idea intentar hacer algo similar puesto que Internet Explorer no trae Windows Vista o Windows 7 en su instalador ni ofrece ninguna clase de facilidad o ayuda al usuario para que acceda finalmente a descargar el producto. Si Apple lanzara una versión nueva de Safari (su navegador instalado por defecto) y ésta requiriera una versión nueva de su sistema operativo MacOSX, seguramente incluiría las dos cosas en un mismo paquete de actualización para lograr que el usuario acepte la descarga.
Ahora bien, lo errado de Microsoft es pensar que Internet Explorer es un producto muy deseado por los consumidores y de esa manera someten su compatibilidad a las nuevas versiones de Windows. El problema radica en que los usuarios hace mucho tiempo que no tienen a Internet Explorer como un estandarte entre los navegadores, porque existe mucha competencia en el mercado como Firefox, Chrome, Opera o Safari.
Y para complicar mas las cosas, Windows XP sí es un estandarte entre los sistemas operativos, ya que por las características que tuvo al ser lanzado, se convirtió rápidamente en el sistema operativo mas utilizado en el mundo y hoy en día sigue siéndolo. De este modo, entramos en un razonamiento bastante complicado de entender, a partir del cual se está intentando imponer un producto no muy esperado por los consumidores (Internet Explorer 9) en detrimento del sistema operativo mas usado y arraigado del planeta. Evidentemente la ecuación nos dará como ganador a Windows XP.
Como alternativa y expresando mi opinión desde el escaso conocimiento que tengo, creo que Microsoft va a tener que generar un modelo de negocios distinto basado en una reducción de costos en sus sistemas operativos, acompañada de mayores facilidades de actualización para los usuarios y de un desarrollo de software que contemple la compatibilidad con sistemas operativos viejos.
O por otro lado, podría ofrecer una instalación original a un precio caro como el que hoy poseen pero generar un sistema de actualizaciones a nuevas versiones de Windows que sea extremadamente barato, con el fin de que el usuario acceda a no piratear su sistema operativo porque sabrá que su inversión no quedará obsoleta en poco tiempo.
Solamente cuando Microsoft logre generar un sistema de actualizaciones cómodo, útil para los usuarios y que contemple el mercado en negro que consume sus productos, va a ser lógico exigir la adopción de nuevas versiones de Windows para la instalación de otro software como Internet Explorer.
Federico Romano
www.reweb.com.ar
Federico nos escribió este artículo desde la provincia de Córdoba, Argentina. Quienes deseen publicar su opinión, review o artículo sobre la “Guerra de los Browsers”, puede consultar las bases de la convocatoria en este vínculo.