17 septiembre, 2008
Luego de mi último editorial, varios lectores me criticaron por no hacer pronósticos más jugados sobre el futuro de la tecnología. ¿Por qué sólo hablar de los próximos 5000 días? OK, ¿cuánto pronóstico quieren?, ¿hasta el fin del mundo? ¡Pero cómo no! Justamente, una presentación a la que asistí en estos días en las oficinas de Google me dejó claro el panorama que nos espera. A continuación, un cronograma detallado:
2 de septiembre del 2008, 16 hs: Google lanza su navegador Chrome. Su velocidad y usabilidad hacen que sea masivamente adoptado en pocos meses. Google pasa a controlar la experiencia online desde el principio.
Año 2010: la cantidad de usuarios de Google Docs supera por primera vez a los de la suite Microsoft Office, quienes aumentan en edad y decrecen en número.
Año 2020: los programas que se ejecutan en la PC caen en desuso, los usuarios realizan absolutamente todo online: tareas de oficina, juegos, edición de fotos y video… Las aplicaciones líderes son todas de Google, que las desarrolla o las compra a terceros.
Año 2030: la nueva versión de Chrome ya no necesita sistema operativo. Microsoft se declara en quiebra. La comunidad Linux se dedica a la ecología.
Año 2050: el Google Phone y la Google PC son los dispositivos más utilizados en el planeta para conectarse a la Red. No traen disco duro ni ningún tipo de almacenamiento: todo se guarda en la seguridad de la Web.
Año 2060: todos los dispositivos del mundo se unen para formar una sola máquina con un poder de procesamiento monstruoso: la Google Machine.
Año 2100: la Google Machine se convierte en un inconmensurable sistema de inteligencia artificial que puede reprogramarse a sí mismo, acelerando su evolución mediante nuevas versiones cada pocas horas.
Año 2300: la Google Machine toma conciencia de sí misma, y pasa a autodenominarse The One. Toda actividad humana es controlada por The One.
Año 3000: The One resuelve el problema de los viajes interestelares y se expande junto a la humanidad a otros planetas.
Año 20.000: The One decide que la vida orgánica ya no es necesaria para su evolución y extermina a todos los seres vivientes, incluida la humanidad. The One queda sola.
Año 10.000 millones: las estrellas comienzan a apagarse, el Universo se empieza a enfriar. A The One sólo le queda un problema por resolver: cómo revertir la entropía del Universo antes de que se acabe la energía.
Año 15.000 millones: el Universo se apaga, todo queda frío, oscuro y silencioso. Para conservar la poca energía interna que le queda, The One pasa a modo Sleep.
Año 20.000 millones: justo antes de que su último fotón de energía desaparezca, The One encuentra la solución para revertir la entropía del Universo. Entonces dice: “Hágase la luz”.
Miguel Lederkremer
Editorial publicada en Users 210, partes inspiradas en el cuento “La Ultima Pregunta”, de Isaac Asimov.