28 abril, 2010
Portales de la talla de The New York Times o The Washington Post, entre otros grandes y pequeños medios de comunicación del mundo, exigen hace tiempo que los usuarios se registren antes de enviar algún comentario, pero ahora pretenden ir más allá revisando su política sobre los comentarios para establecer distintas categorías de usuarios y darle más relevancia a los lectores que usan sus nombres reales.
Como es habitual en este tipo de debate, existen dos posturas. Los argumentos en contra del anonimato son los siguientes:
-El derecho de las personas a enviar comentarios y opiniones en internet de forma anónima revela cómo la gente, lejos de aportar una visión distinta a lo publicado, recurre al insulto y a la expresión fácil.
-La gente tiende a decir cosas bajo el anonimato (juicios de valor, insultos…) que no diría si se conoce su identidad, lo que, sin duda, demuestra su cobardía.
-Los comentarios anónimos suelen tener poco valor, precisamente porque encierran opiniones muy superficiales y poco ajustadas a la historia publicada.
Por otro lado, entre las ideas que defienden el anonimato figuran:
-El anonimato no compromete a los lectores con el medio y sus periodistas.
-Varios estudios demostraron que si se obliga a la gente a identificarse se pierde frescura en los comentarios, espontaneidad y otros aspectos esenciales que deben definir este tipo de aportaciones de los usuarios en su interacción con el medio.
-La gente no muestra su peor cara si no se identifica. Esta es una creencia anecdótica e infundada. Existen investigaciones al respecto que muestran todo lo contrario: las personas que no se registran con su nombre real están más dipuestos a ser abiertos y honestos.
¿Ustedes qué opinan?