20 enero, 2010
“Es facultad del Poder Ejecutivo aplicar la ley antimonopolio”, justificó la Presidenta: en el oficialismo del Congreso desestiman que sea inminente el envío de un proyecto de estatización al Congreso.
Luego del revés sufrido hace unos días, el Gobierno todavía apuesta a negociar las ventas de las acciones de Telecom con sus actuales propietarios antes de verse obligado a ir por la vía de la estatización en el Congreso, un terreno que vislumbra impredecible.
Anoche, en la Cámara de Diputados el oficialismo desestimaba la llegada inmediata de un proyecto y advertían que el Parlamento debe resolver el embrollo del uso de reservas para pagar la deuda, frenado por la Justicia, antes de volcarse a un nuevo reto legislativo con final incierto.
Durante una conferencia, la presidenta Cristina Fernández argumentó que “es facultad del Poder Ejecutivo aplicar la ley antimonopolio”, cuando se le preguntó por la exigencia de desinversión impulsada por el Gobierno.
“Presión” era la palabra elegida en los despachos oficialistas de la Cámara baja para definir la aparición de ayer del ministro de Planificación, Julio De Vido.
El funcionario afirmó que si Telecom Italia no vende antes del 25 de agosto sus acciones en Sofora, la compañía que controla la mayoría de la filial argentina, presentarán un proyecto de estatización en el Congreso.
¿Por qué el Gobierno habla de monopolio? Porque Telefónica de España, a través de Telco, posee parte de Telecom Italia, que a su vez tiene el 50 por ciento de Sofora.
Sin embargo, el plan del Gobierno se trabó cuando la Justicia suspendió la orden de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) que disponía la separación de los italianos antes del 25 de agosto próximo.
La Presidenta fue especialmente crítica con los magistrados. “Que la Justicia, a través de medidas cautelares, cristalice situaciones de monopolio es atentar contra el interés de los argentinos, y eso no es independencia del poder político, es dependencia del poder económico”, sostuvo Cristina.
El suelo resbaladizo que enfrenta el Gobierno en el Parlamento quedó ayer en claro con el rechazo de la mayoría de la oposición al anuncio de Julio De Vido.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, planteó que la administración kirchnerista tendría que “dejar de despilfarrar en cosas que no son centrales para los argentinos”. Y Francisco De Narváez interpretó que “la eventual estatización compulsiva de Telecom no tendría otra motivación que convertir a esa empresa en un botín para los amigos del kirchnerismo”.
En el mismo sentido, el diputado Alfonso Prat Gay, de la Coalición Cívica, aludió específicamente a la familia Werthein, que controla el 50 por ciento del paquete accionario de Telecom. “Cuando en su momento los Werthein, que están disputando el control de Telecom Argentina y son muy amigos del poder, hicieron presentaciones judiciales pretendiendo defenderse frente a un derecho adquirido del accionista con el que compiten”, el ministro De Vido “apoya los fallos de la Justicia”, comparó el legislador.
En contraste con el rechazo opositor, la CGT manifestó su respaldo al eventual regreso de la compañía a manos del Estado. A través de un comunicado, la central gremial afirmó que “atento a las maniobras llevadas adelante por los grupos empresarios, con complicidad de la Justicia, para afianzar el monopolio de Telefónica sobre todas las comunicaciones en el territorio nacional”, los trabajadores están “preparados para garantizar el funcionamiento del servicio y afianzar la soberanía sobre algo tan estratégico como las comunicaciones”.
Lectores, ¿les parece correcta la idea del gobierno de estatizar Telecom? ¿qué ganaríamos y perderíamos en cada caso?
Fuente: Crítica de la Argentina