4 julio, 2019
El estado de Virginia ha prohibido el uso de la tecnología relacionada con los deepfakes para la producción de imágenes y video pornográficos.
Aunque puede parecer una cuestión de sentido común es importante recordar que el sistema judicial, al menos en occidente, funciona a través de categorías y tipificaciones. Para que una acción sea un crimen debe estar correctamente señalada en la ley.
Virginia cuenta con una ley contra lo que se conoce como pornografía de venganza, que es la publicación de imágenes y videos con contenido sexual explícito sin el consentimiento de las personas involucradas.
La enmienda realizada corrige la definición para dejar en claro que dentro del material protegido también se incluyen los contenidos falsos creados utilizando las nuevas tecnologías.
Es decir, un video falso que ha sido creado para que uno de los protagonistas se parezca a alguien requiere del consentimiento de la persona representada.
En el Reino Unido
En Inglaterra esta problemática también ha sido tema de reciente discusión. La Universidad de Durham ha advertido en un estudio que el avance de los deepfakes ha hecho que cada vez sea más difícil distinguir las imágenes originales de las manipuladas.
Uno de los autores de dicho trabajo, Clare McGlynn, ha señalado la necesidad de actualizar las leyes para criminalizar las amenazas creadas por el material pornográfico creado por estos medios. La falta de normas específicas ha hecho que en muchos casos la policía británica solo pudiera emitir una advertencia informal ante los casos denunciados.