11 enero, 2019
Cuando los padres se pelean a menudo lo sufren los hijos. Los divorcios pueden ser especialmente traumáticos. En el caso de Jeff Bezos y MacKenzie Bezos los preocupados son los inversores. La pregunta fundamental es cómo podría afectar esta situación el control de Amazon.
La pareja deberá realizar una división de la fortuna que comparten y alcanza los USD 136.200 millones. En ella se incluyen las acciones de la compañía, que suponen el 16% de los 811.400 millones en los que Amazon está valuada.
Según las leyes del estado de Washington las propiedades adquiridas durante el matrimonio deben dividirse en partes iguales entre los esposos. Sin embargo, la pareja tiene múltiples residencias en Estados Unidos, lo que hace que posible que la demanda de divorcio se establezca en otra ubicación con otro resultado. Según Bernard Clair, abogado matrimonial en Nueva York, es posible que un juez establezca una repartición basada en la contribución de la esposa al éxito del esposo.
Si McKenzie Bezos recibe una gran cantidad de acciones es posible que se ubique en una posición de influencia dentro de la empresa. Incluso podría ser parte de algún directorio.
Robert Bacarella, director de portfolio del fondo de inversión Monetta, señala que no ve motivo para cambiar las inversiones en Amazon, aunque cree que otros inversores enfocados en el crecimiento podrían limitar sus participaciones.
Por su parte, Michael Pachter, analista en Wedbush Securities, afirma en relación a Jeff Bezos: “Salvo que te preocupe que se distraiga tanto por el divorcio que no pueda manejar la compañía, no pasa nada. Se le ha dado el control de la empresa porque los accionistas confían en él y en su visión, no porque tenga el 50% de las acciones”. Thomas Forte, analista de D.A. Davidson, comenta de forma similar: “La influencia que tiene en la empresa es igual a tener acciones con calidad de supervoto, esto sucede por sus antecedentes y el modo en que lleva la compañía como si fuera el dueño de todo”.
Fuente: Reuters