29 noviembre, 2018
A pesar de que los juegos de Nintendo son extremadamente populares durante años muchos productores de contenido en YouTube y similares medios se han abstenido de realizar videos con estos productos. La razón es simple, Nintendo denunciaba los videos como una violación de sus derechos de copia.
En 2015 la empresa lanzó un programa de creadores para controlar esta situación. Sin embargo el sistema no fue muy popular porque la empresa establecía que en el caso de los videos en los que aparecían sus productos debía quedarse con el 30% de los ingresos y en el caso de los videos dedicados totalmente a uno de sus videojuegos le correspondía el 40%. Obviamente Nintendo no necesitaba este ingreso extra.
Pero el programa de creadores ha pasado a mejor vida y al parecer Nintendo ha decidido modernizar su enfoque sobre la creación de contenido en Internet. Después de todo, esos videos son publicidad gratuita. Ahora solo será necesario seguir algunas normas básicas para hacer uso de los producto de la compañía.
Entre ellas se destacan:
- La monetización de los videos está permitida siempre y cuando se realice a través de ciertos canales detallados.
Importante: Nintendo se refiere a los canales oficiales de las plataformas. Ejemplo: YouTube y Twitch. No queda en claro que podría suceder con aquellos productores de contenido que sustenten parte de su trabajo en base a sistemas como Patron.
- Los videos deben ser transformativos, es decir, incluir opiniones o comentarios. Esto habilita el género Let’s Play, los review y otros formatos comúnmente empleados en servicios como YouTube.
- Solo se puede emplear el contenido de productos que ya estén oficialmente disponible.
- El usuario no debe implicar que sus videos están patrocinados por Nintendo.
En general estas normas parecen ajustarse tanto a la realidad como a lo que hoy en día las comunidades de creadores y consumidores consideran como justo. Mayor detalle sobre el nuevo sistema puede encontrarse en esta página. Las indicaciones están disponibles en español.
La pregunta es ¿Podemos confiar en Nintendo?