Lo primero es lo primero. Podemos analizar muchos aspectos de una TV, pero lo fundamental es la imagen. Por eso, apenas recibo la monstruosa caja del 873, lo desembalo, le coloco el soporte de aluminio, lo conecto al WiFi (soporta 5GHz, ¡bien!), inicio sesión en Google, apareo el control remoto, pulso el botón de micrófono (¡muy bien!), le digo “4k” y me siento a ver en Youtube un viaje por Costa Rica en alta resolución con muchos papagayos.

La imagen es impresionante y hay al menos cuatro motivos técnicos para esto: la resolución 4K (Ultra HD), el HDR, el motor de procesamiento de imagen (que Philips llama P5) y, principalmente, la pantalla OLED. Vamos por partes.

La resolución de 4K ya es el estándar en pantallas de este tamaño, se llama así porque los 3840 x 2160 pixeles son 4 veces más de los que tiene que una TV HD. Y por lo visto, los 4K serán el estándar por un buen tiempo, ya que en la reciente exposición IFA en Alemania, el consenso fue que los 8K no ofrecen diferencia apreciable para el espectador.

 El HDR (High Dinamic Range) aumenta dramáticamente el rango dinámico de colores. Por ahora sólo lo soportan las TVs de alta gama. Pero recordemos que tanto el 4K como el HDR solo podemos aprovecharlos con fuentes de contenido compatible, que por ahora son pocas: el canal HDR de Youtube o algunas producciones de Netflix si estamos pagando el plan más caro de 4 pantallas. Necesitamos además una conexión a Internet de al menos 25 megas. En este sentido es un punto a favor que el equipo soporte WiFi A/C, que usa la banda de 5GHz mucho más limpia que la de 2.4 GHz y, por lo tanto, con mejor velocidad de conexión.

OLED

Esta característica  merece un parrafo aparte. Las TVs hoy son de dos tipos: LCD LED u OLED, de precio bastante más elevado. Recordemos la diferencia. Los equipos LED tienen una iluminación trasera en base a LEDs y adelante una capa de cuazo líquido (LCD) que permite en cada pixel pasar más o menos luz del panel trasero.

Las pantallas OLED están compuestas por diodos orgánicos emisores de luz que son controlados directamente de manera individual, no necesitan otra capa que los ilumine. La consecuencia más visible es la extrema delgadez de las pantallas, el aumento dramático del contraste, con negros más puros, un mejor ángulo de visión y mayor velocidad de respuesta. Una TV OLED ofrece una imagen notablemente superior a una pantalla LED.

La pantalla OLED del Philips 873 es tan delgada que debí medirla con un calibre: menos de 5mm

 

Ambilight

Esta tecnología de Philips incorpora LEDs en la espalda de la TV que iluminan la pared de acuerdo a lo que se ve en pantalla para así generar una experiencia que promete ser más inmersiva. Si estamos viendo un partido de fútbol, por ejemplo, la pared se iluminará de verde.

Siempre fui escéptico respecto a este “chiche”, me intrigaba cómo viene sobreviviendo desde que la empresa lo lanzó en 2004. Por eso en mi primera experiencia con Ambilight lo probé, dije “qué lindo” y luego de un rato lo apagué para que “no me distraiga”. Pero al apagarlo sentí que bajaba el impacto de mirar la tele y lo volví a encender. Ahí que descubrí que sí, realmente Ambilight suma a la experiencia de ver TV.

Hay decenas de configuraciones para jugar utilizando el botón dedicado a Ambilight en el control remoto, podemos elegir si las luces siguen el video, el sonido o incluso podemos iluminar la pared con los colores de la bandera de nuestro país (!?).

 

 

Android TV

Este modelo incorpora el sistema operativo de Google diseñado para televisores, Android TV 7.0 Nougat. No esperen encontrar el ambiente familiar del Android de vuestro teléfono, la interfase es muy diferente, realmente muy sencilla: “estanterías” horizontales scrolleables al estilo Netflix: la primera fila con videos destacados de Youtube, las siguientes con aplicaciones por categoría y finalmente una fila de ajustes que lleva a los menúes propios del televisor. Y no mucho más. Es muy fácil y cómodo conectar tu smartphone o tablet Android a la TV: los dispositivos lo ven como a un Google Chromecast.

Respecto a las aplicaciones disponibles en la tienda de Google, además de las básicas como Netflix, Spotify y HBO Go, no encontré nada que me tiente. Sumaría mucho que hubiera aplicaciones locales, como Cablevisión Flow o las apps para leer los diarios, pero no encontré ninguna.

La pantalla principal de Android TV: arriba los videos recomendados de Youtube y abajo las apps.

Eso sí, la TV se lleva muy bien con Youtube, me sorprendió gratamente ver un video en 360 grados y poder mover el ángulo de visión con las flechas del control remoto

Micrófono

La mayor ventaja que le encuentro a Android TV es la excelente búsqueda por voz, de impresionante precisión y velocidad, se nota la inteligencia asustadora de Google. Pulsamos en el control remoto el botón de micrófono, decimos “Rihanna” y al instante ya estamos disfrutando el contenido. Anda tan bien que es más rápido y práctico que usar el smartphone para buscar en Youtube y mandar el video a la tele, como estamos acostumbrados. Lamentablemente el uso del micrófono está limitado hacer búsquedas en Youtube o en Google Play, no podemos decirle “ver ESPN” para elegir un canal de TV o hacer búsquedas dentro de Netflix.

Control remoto

Hay dos tendencias en controles remotos: los minimalistas, extremadamente simples, y los sofisticados, llenos de botones, como es el caso de este modelo. El control necesita incluso aparearse con la TV al instalarla (me costó un poco este proceso). El control tiene un GRAN botón central para ir a Netflix, pero el botón para “ver la tele” está perdido en la maraña de 50 botones (los conté!). Como si esto fuera poco, del otro lado del control se incluye un teclado alfanumérico completo, para usar en alguna búsqueda de Netflix, pero si estamos a oscuras es más fácil seguir usando el teclado en pantalla.

El sonido

En este rubro los diseñadores le ganaron a los ingenieros: eliminar los parlantes del frente le da a la tele un aspecto minimalista “pura pantalla” muy atractivo. Pero el sonido viene entonces de un parlante trasero, que tiene buen volumen (30w) pero se siente la falta de sonido frontal y de graves, los subí al máximo en el ecualizador que ofrece la configuración avanzada de sonido, pero no mejoró mucho.

El único parlante, perdido en el medio de la espalda del equipo

Se siente que el sonido no está apuntado al espectador, “viene de otro lado”. De todos modos, los usuarios medianamente exigentes no solemos utilizar el sonido de la TV y lo usamos conectado a un equipo de audio, preferentemente 5.1. Por otro lado, aclaro que probé la TV frente a una ventana con cortina, con una pared atrás que rebote el sonido supongo que las cosas mejorarán.

Conectividad

En la conectividad del equipo encontré algunas limitaciones:

Tiene una sola entrada para cable coaxil: si estamos utilizando la conexión de cable (esto es, cuando no usamos decodificador externo), no es posible conectar al mismo tiempo una antena para ver TV digital.

No permite conectar una PC de manera inalámbrica a la TV, ya que no soporta ni Miracast ni WiDi. Podemos transmitir la pantalla de Chrome a la TV, pero no tendremos los múltiples escritorios.

Como rareza, el equipo no tiene salidas de audio RCA: si nuestro equipo de audio no tiene HDMI, deberemos utilizar la salida de auriculares con un adaptador a doble RCA (incluido con el equipo).

El Bluetooth no soporta auriculares, ¿para qué lo quiero?

La TV graba en su memoria interna o en un dispositivo USB que le conectemos, pero no permite grabar ni hacer pausa en canales analógicos.

La tira de conectores inferiores
Los conectores laterales

Diseño

Es uno de los puntos fuertes del equipo. La pantalla es tan delgada que impresiona, la medí con calibre 5mm. De frente solo se ve pantalla, el marco mide 2mm de ancho. El soporte de alumnio curvo es muy estilizado. El equipo es muy atractivo.

Conclusión

El 873 de Philips es una TV OLED 4K de alta gama, con imagen de altísima calidad y un diseño exterior futurista y refinado, que sumado al Ambilight, es un placer de mirar apagado o prendido. Si lo conectamos a un equipo de sonido, nos dará una de las mejores experiencias que se pueden obtener hoy de una TV. Precio: $55.900.

 

Miguel Lederkremer
RedUSERS Labs