16 agosto, 2018
Un ex miembro del equipo de seguridad interno de Tesla reveló a la Comisión de Valores de Estados Unidos que la compañía silenció investigaciones internas sobre supuestas actividades delictivas en la Gigafactory de Nevada. Esas investigaciones se centraron en denuncias relacionadas a robos masivos y “tráfico sustancial de drogas”. La declración también incluye denuncias de que Tesla espió los dispositivos electrónicos de los empleados.
Karl Hansen, el ex empleado, afirmó que Tesla fue advertida en mayo por la Drug Enforcement Administration (DEA) y la divisón de Fuerzas Especiales de Storey County debido a que “varios empleados de Tesla podrían estar participando en una red de tráfico de narcóticos que implica la venta de cantidades significativas de cocaína y, posiblemente, metanfetamina en la Gigafactory en nombre de un cártel mexicano de drogas de Sonora, México”.
Después conocerse la denuncia de Hansen, un portavoz de la DEA le dijo a Buzzfeed que “la agencia no notifica a las entidades que no cumplen la ley sobre investigaciones en curso o pendientes”. Por lo tanto, tampoco se lo habría dicho a Tesla.
En junio, Hansen había “corroborado las conexiones entre ciertos empleados de Tesla y varios presuntos miembros del cártel de drogas mexicano identificado en el informe de la DEA” y que “instó a Tesla a revelar sus hallazgos a las fuerzas del orden y al equipo de trabajo de la DEA”. Según el ex empleado, la compañía se negó y se le informó que Tesla planeaba usar “auditores externos” para dar seguimiento a los reclamos. Hansen cree que Tesla nunca lo hizo.
Los representantes de Tesla y la Oficina del Sheriff del Condado de Storey no respondieron a estas declaraciones, pero después de su publicación, Elon Musk le dijo a Gizmodo que Hansen es “super [Emoji de maní]”.
Hansen también aseguró que su equipo descubrió que, de enero a junio de este año, se robaron US$ 37 millones de cobre y otras materias primas de la Gigafactory, pero la compañía “lo instruyó a que no informara sobre los robos a agentes de la ley”, y le dijo que cerrara su investigación. Al respecto indicó que, como resultado, fue despedido en julio.
Hansen está representado por Stuart Meissner, un abogado que se especializa en denuncias ante la SEC. Meissner también representa a Martin Tripp, el ex empleado de Tesla que Elon Musk denunció como responsable de un “sabotaje” dentro de la compañía hace unos meses. La compañía demandó a Tripp en junio por presuntamente piratear y diseminar secretos comerciales a “terceros”, así como difundir información falsa a los medios sobre el funcionamiento interno de la compañía.
En relación a este incidente, Hansen afirmó que Tesla instaló un “equipo enrutador especializado” dentro de su Gigafactory de Nevada ,diseñado para capturar las comunicaciones de los teléfonos celulares de los empleados y / o recuperar los datos de los teléfonos celulares de los empleados” después de que despidieran a Tripp. Hansen y Meissner también agregaron que la compañía vigiló a Tripp incluso después de que el ex empleado fuera despedido.
“Nunca esperé que mi empleo en una empresa pública tan importante llevara a descubrir tales asuntos, y estoy perturbado por la respuesta altamente inusual de Tesla a aquellos que como yo los investigamos”, dijo Hansen en un comunicado. “También estoy muy preocupado por el hecho de que Tesla no respeta la privacidad de sus propios empleados. En mi opinión, las acciones de Tesla han puesto en riesgo a los inversores, los consumidores y los empleados. Espero que arrojar luz sobre las prácticas de Tesla provoque una acción gubernamental apropiada contra la compañía y su administración “.
Al igual que Hansen, Tripp aseguró simplemente estaba tratando de hacer públicos los problemas que vio en la Gigafactory de Tesla. Al respecto, reveló que la compañía presuntamente usó celdas de batería dañadas en algunos de sus Model 3. También agregó que produjo y manejó de forma deficiente una gran cantidad de material de desecho. (Tesla ha rechazado ambos reclamos).
Esta semana, Tripp compartió fotos y capturas de pantalla de documentos y correos electrónicos internos de Tesla, y listas de números de identificación de vehículos (VIN) de los clientes en Twitter, en un intento por corroborar sus afirmaciones sobre el uso de baterías dañadas y la producción de chatarra.