27 noviembre, 2017
Rodrigo de Loredo, presidente de Arsat, confirmó este lunes que la compañía finalizará el año con un superávit tres veces mayor al registrado en 2016 y que se avanza con el plan de construcción del Arsat-3, luego de un trabajo de rediseño, con el INVAP y la búsqueda de un inversor que aporte en su construcción y participe del negocio que abra el satélite.
El ejecutivo indicó además que Arsat continuará con el despliegue de fibra óptica en todo el país, junto al “apagón analógico”, que realizó sus primeras pruebas en Tierra del Fuego y La Quiaca. El buen desempeño económico-financiero fue fundamental para estos planes, según de Loredo. Tras haber logrado un superávit de $102 millones en 2016, el 2017 se cerrará con $290 millones y se prevé que, para 2018, se alcancen los $400 millones.
“Arsat se está consolidando en sus objetivos, con un modelo de gestión cuyos atributos son trasladables a los de cualquier empresa privada. Arsat no recibe aportes del Tesoro y cumple con sus objetivos de sector público”, explicó. Al respecto, destacó que para llegar a ese balance se trabajó en tres frentes: una agresiva estrategia de ahorro de costos, la venta del 90% de la capacidad de Arsat-2 y la modificación de la conformación de los ingresos provenientes de la red de fibra óptica, cuyo 60% proviene ahora del sector privado.
Un paso importante, según el presidente de Arsat, fue pasar de los los 1145 mhz libres en la banda KU (para servicios comerciales y de telecomunicaciones), a solo 72 mhz libres. Actualmente, los servicios del Arsat-2 se venden en los Estados Unidos, Canadá y otros países de la región.
Respecto al Arsat-3, aclaró que se avanzará en su construcción a partir de un esquema de financiamiento que se trazará con el interesado elegido para tal fin. Al respecto, agregó que su construcción será una tarea encarada por INVAP y que el Estado se encargará de operarlo, aunque con un esquema de negocio donde se compartirán las ganancias con el socio que se elija para su fabricación.
“Al Arsat-3 lo vamos a lanzar, sin aportes del Tesoro. Queremos que vengan inversores privados, que lo construya el INVAP y sus proveedores, y lo opere la empresa estatal, en estricto cumplimiento de la legislación”, expresó de Loredo. En este sentido, confirmó que sigue en pie la negociación con la firma Hughes, con la que firmaron una carta de intención este añó para avanzar en la financiación del satélite. El esquema estima un 51% por parte del privado y un 49% por parte del Estado.
Respecto a las posiciones orbitales que hoy tiene Argentina, el responsable de Arsat aclaró que el país no corre riesgo de perder sus reservas, que se gestionan ante la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT). La posición orbital 81° O que actualmente posee el país vence en septiembre de 2019, pero puede ser prorrogada mediante gestiones oficiales.
“Antes el Arsat-3 iba a operar en banda KU y KA, con una capacidad de 7 GB. Ahora, el INVAP está trabajando en el rediseño para que opere sólo en banda KA, con una capacidad de 40 GB, es decir, mucho más potente”, subrayó el funcionario. Vale aclarar que la banda KA permite dar servicios de internet satelital a precios mucho más económicos que los actuales. Eso, según de Loredo, permitirá llegar a las zonas rurales además de cumplir con el plan de digitalización de Modernización.
“El Arsat-3 costará entre u$s230 y u$s250 millones. La inversión que se busca rondaría los u$s100 millones, es decir, menos de la mitad. El resto provendrá por lo generado por la empresa Arsat. El esquema que se contempla es compartir los ingresos en la misma proporción en que se financiará su construcción en un esquema de participación público-privada”.
Vía: iProfesional