23 noviembre, 2017
VAR es, por estos días, una de las palabras de moda en el ambiente del fútbol argentina. El Video Assistant Referee llegó al fútbol para quedarse y su influencia en los resultados de los partidos en los que interviene es mirada con recelo por los puristas de este deporte.
Se trata de un concepto que otros deportes ya aplican con éxito desde hace varios años, pero que recién ahora comenzó a aplicarse a gran escala en el deporte más popular del mundo. En Argentina, VAR se hizo popular con el partido de vuelta de Lanús y River por la vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores de América. La tecnología, que vuelve a salir a la cancha en la final del torneo de clubes más importante del continente, está cambiando de manera radical la forma en la que se llevan a cabo los partidos, por lo que es necesario ahondar en ella.
Nicolás Pampin, gerente de MediaPro y uno de los responsables de la aplicación del VAR en las canchas argentinas, dialogó con RedUSERS.com sobre la tecnología involucrada en este servicio y como se trabaja para que todo funcione de la forma más fluida y eficaz posible. El especialista destacó que el sistema utiliza servidores Xeebra, de la compañía EVS, especializada en hacer productos para broadcast en el área de la repetición y grabación en vivo. Al respecto, puntualizó: “Es un equipo que corre Linux cargado con 8 discos que graban 8 señales diferentes tomadas por BNC desde el móvil de la transmisión oficial (T.O). Es parte del Protocolo del VAR tomar todas las señales de la T.O. para el uso de este servicio; por lo general en partidos importantes suelen usarse más de doce señales, lo que implica usar un segundo Xeebra para llegar a 16 señales. En los partidos que se jugaron acá entre River y Lanús las transmisiones tenían 17, por lo que hicieron falta 3 Xeebra”.
Un equipo de esta magnitud tiene que estar protegido ante cualquier inclemencia, incluso ante cortes de electricidad que puedan afectar su performance en medio de un partido. Es por ello que toda la línea de trabajo está cubierta por dos UPS, una en la central donde operan y otra en el campo de juego para el puesto del árbitro. Vale aclarar que la señal que se lleva al campo de juego es por fibra a un monitor que recibe la señal saliente del VAR.
Pampin destacó que MediaPro es el actual proveedor de la tecnología para el VAR y agregó que tiene un convenio con EVS que facilita el desarrollo de los Xeebra para ser ajustados a medida. El resto del equipo dentro de la unidad consta de 6 monitores, equipos de comunicación, conversores, grabadoras de back up y una cámara que graba todo lo que ocurre dentro. Un aspecto importante que subrayó el experto fue que la tecnología que se utiliza aquí para el VAR no es la misma que se usa en otros torneos del mundo. Específicamente, la plataforma es la misma que la que hoy utiliza la liga portuguesa, pero existen distintos estándares dependiendo del torneo en donde se implemente.
Al respecto, explicó las diferencias entre el método de trabajo del VAR en Portugal y en el torneo organizado en América Latina. “En Portugal existe una central en la cual llega la señal de todos los estadios por fibra y de trabaja de manera centralizada. Acá, en Latinoamérica, se trabajó de manera temporal dentro de contenedores que armamos para estas ocasiones. Todavía está en una etapa de prueba, por lo que no se decidió armar nada, aún así sería lo más probable que pasen a ser unidades móviles las que se encarguen de llevar el equipamiento ya armado y listo para usarse, como un camión de exteriores de TV normal”.
Por ahora, el equipo que trabaja con el VAR la Copa Libertadores está compuesto por cuatro personas: dos son técnicos y dos son operadores de repetición. Luego se suman más integrantes que llevan adelante el proyecto y la logística. Incluso, para los partidos que se jugaron en Ecuador y Brasil para las semifinales entre Gremio y Barcelona de Guayaquil, se uso personal portugués ya que, según explicó Pampin, “era la única manera de que fuese posible por los tiempos y la innovación del sistema”.
Crédito de la foto: Clarín
