16 marzo, 2017
Los viajes aéreos liberan casi 800 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, empujándonos cada vez más a una inminente catástrofe ambiental. Los científicos de la NASA quieren hacer algo al respecto, por lo que se han asociado con investigadores de Alemania y Canadá para encontrar una manera de abordar el tema. Sus conclusiones afirman que los jets que utilizan biocombustibles emiten hasta un 70 por ciento menos de contaminación y reducen la formación de vías de condensación de agua en su estela.
Con el fin de probar si los biocombustibles son más limpios, la NASA voló un DC-8 del Armstrong Flight Center de California que utilizaba diferentes combustibles en cada viaje. Un trío de aviones de monitoreo voló en la estela del CD-8 a distancias cercanas a los 250 metros para aspirar el escape y monitorearlo. Un combustible que parece prometedor es una mezcla de ésteres hidro-procesados y ácidos grasos producidos a partir de aceite vegetal de camelina. Estas pruebas iniciales indicaron que la cantidad de emisiones contaminantes se redujeron entre 50 y 70 por ciento.
Sin embargo, no es sólo lo que queman los motores a reacción lo que contribuye al cambio climático, sino lo que causa la condensación. Cuando las partículas de hollín salen del motor junto con el vapor de agua, una altura tan alta, forman cristales de hielo. El resultado es un largo sendero blanco de hielo que tarda un tiempo en disiparse.
El hielo, al mantenerse en la atmósfera, puede formar cirros, que luego forman una “manto” sobre la Tierra. Eso, desgraciadamente, eleva la temperatura del aire por debajo de ella hasta 10 grados centígrados, magnificando el calentamiento localizado. Con menos partículas de hollín en la estela, estas estelas no se formarán con tanta frecuencia, lo que debería ayudar a la lucha contra el cambio climático.
Vía: Engadget