WD es uno de los principales fabricantes de discos duros tradicionales, que ahora presenta en el mercado sus primeras unidades SSD de marca propia. Si bien la compañía ya tenía subsidiarias desarrollando esta tecnología, la adquisición de SanDisk a principios de 2016 le ha permitido acelerar la transición de productos basados en memoria flash. Y aquí tenemos, en nuestro laboratorio, uno de estos nuevos discos.

Green y Blue

La oferta de discos SSD de WD está dividida, por el momento, en dos grandes líneas. La Blue está orientada a equipos de alta exigencia, como workstations profesionales, y las unidades vienen en capacidades de 250 GB, 500 GB y 1 TB. En cambio, la línea Green tiene un costo menor, con unidades de 120 GB y 240 GB, que se dirigen a usuarios comunes de PC (hogareños, gamers, laptops).

De hecho, creemos que el Green puede ser (y será) una elección adecuada para quienes busquen adquirir su primer SSD a un costo moderado. También, debido a las capacidades disponibles, es un SSD que en equipos de escritorio debe ser acompañado por un disco tradicional (HDD) de mayor capacidad.

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El disco viene en una delgada caja. En el frente se anuncia la capacidad y los tres años de garantía.

Por dentro

Pudimos probar el WD Green de 240 GB. Se trata de un disco muy ligero, en formato de 2,5 pulgadas y con un espesor de apenas 7 mm, lo que permite utilizarlo en portátiles ultradelgadas. El disco utiliza la interfaz SATA III (6 Gbps), por lo que puede integrarse sin problemas en una computadora de escritorio.

La memoria flash utilizada en el interior es del tipo TLC (Celda de Triple Nivel), también llamada “celda de 3 bits”. Este tipo de memoria es muy común en los SSD económicos, dado que permite una gran densidad de datos. El WD Green utiliza una porción de flash en modo SLC (1 bit por celda, lo que acelera las operaciones de lectoescritura) como caché. Eso sí, a diferencia de los SSDs más costosos, no incluye RAM a modo de buffer.

WD informa que la velocidad de lectura máxima de la unidad de 240 GB es de 540 MB/s, con una escritura de 465 MB/s. Para la versión de 120 GB se especifica la misma velocidad de lectura, pero la escritura desciende a los 430 MB/s.

Otra diferencia la encontramos en la vida útil estimada, que es de 80 TBW (Terabytes escritos) en la unidad de 240 GB (¡muy bien!), pero baja a los 40 TBW en el modelo de 120 GB. Ambos modelos, no obstante, cuentan con 3 años de garantía.

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El reverso de nuestra unidad de pruebas. A la izquierda pueden verse los conectores SATA.

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Crystal DiskMark: el WD Green muestra una capacidad de lectura sostenida de más de 540 MB/s.

Desempeño

La unidad WD Green de 240 GB, una vez instalada y formateada, ofrece una capacidad real de 223 GB. La pusimos a prueba en un equipo con procesador Core i7 y motherboard con chipset Intel Z77.

Nuestro primer benchmark es el conocido Crystal DiskMark, que ofrece resultados confiables en poco tiempo. Aquí logramos una velocidad máxima de 558,9 MB/s para la escritura y de 472,6 MB/s en escritura. Los valores de lectura secuencial sostenida estuvieron en 546,2 MB/s y llegaron a los 461,6 MB/s para la escritura. Esto último coincide muy bien con los valores declarados por el fabricante.

Los resultados fueron ratificados por el benchmark ATTO, con una lectura máxima de 557 MB/s y escritura de 471 MB/s.

En definitiva, aquí tenemos un SSD de desempeño adecuado, que representa una gran mejora con respecto a un disco mecánico tradicional, y que puede adquirirse por un precio razonable. La versión de 240 GB, sin dudas, es recomendable porque ofrece el espacio suficiente para instalar el sistema operativo y, además, algunas otras aplicaciones importantes.

Pros

+ Muy buen desempeño

+ Buen precio

+ Incluye software de monitoreo y Acronis True Image

Contras

– No trae adaptador para bahía de 3,5”

Precio
A partir de ARS $ 2399

Adrián Mansilla