14 noviembre, 2016
En una medida que despertó entusiasmo en general y resistencia sobre todo en los afectados directamente, el gobierno anunció que a fin de marzo de 2017 eliminará el arancel del 35% a la importación de PC, notebooks y tablets. Lo que se busca es hacer un aporte en la mejora del acceso de individuos y organizaciones a la tecnología, impactando en la inclusión digital y en la competitividad de la economía en general.
Cualquiera que haya necesitado acceder a uno de estos equipos y que haya a su vez comparado los precios locales con los internacionales, ya sea cruzando la cordillera o embarcándose en un avión a Miami, se habrá dado cuenta que el costo local de los mismos es escandaloso. Más del doble de lo que cuesta en mercados donde no se aplican semejantes aranceles.
Es importante tener en cuenta que además de permitir un mayor acceso a aquellos segmentos de la población que hoy no pueden afrontar el costo de estos equipos, hay un efecto indirecto no desdeñable. Es que si en vez de pagar de pagar $ 15.000 por una PC, la misma cuesta sólo $ 10.000, ese consumidor (individuo u organización) dispone de $5.000 que podrá gastar en otros consumos, favoreciendo indirectamente a otros sectores de la economía que de otra manera no tendría acceso a esos fondos. Esto sin considerar las mejoras en la productividad de los sectores consumidores por un mayor acceso a la tecnología.
Por supuesto, esta medida afecta directamente a las empresas que hoy se encuentran ensamblando en el país, y más particularmente a los puestos de trabajo dedicados al ensamble. Para el resto, con arancel 0 o del 35%, siempre habrá necesidad de gente que se ocupe de la administración, ventas, logística, soporte. Incluso, habrá más demanda de estos perfiles si, como consecuencia del abaratamiento de los productos, crecen los niveles de venta.
La eliminación de los aranceles será además una forma de incentivar a las operaciones locales de las marcas internacionales (caso HP, Dell, Lenovo, etc.) a retomar el ímpetu perdido, generando más competencia y demanda de puestos laborales por el crecimiento de su negocio.
Paralelamente, el gobierno anunció medidas paliativas para las posiciones afectadas directamente por la reducción arancelaria. Para mitigar la transición, el gobierno anunció que habrá subsidios para los desempleados durante nueve meses, capacitación y hasta acuerdos con los nuevos empleadores, para cubrirles hasta el 50% del salario por un año. Adicionalmente, el Estado se compromete a seguir comprando a los fabricantes locales 250.000 computadoras, para el plan Conectar Igualdad. Una forma de sostener la demanda para los productores actuales mientras adaptan su modelo de negocio.
Muchos creyeron ver en esta medida el inicio del fin del régimen de promoción de Tierra del Fuego. Pero en la isla, en materia de electrónicos el fuerte son los celulares y las TV, categorías que quedaron fuera del anuncio. De hecho, el grueso de las PC, notebooks y tablets se ensamblan en el continente, sobre todo en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires). Tal es así que el gobierno indicó que el 74% de los puestos de trabajo que se perderán por la medida corresponde a esta región. Funcionarios del Ministerio de Producción afirmaron que no está previsto eliminar los aranceles a la importación de teléfonos celulares y otros equipos que se fabrican en la isla, ya que “ese régimen de promoción fue una decisión geopolítica, que está vigente hasta el año 2023”. Esto se debe más a razones políticas que económicas. Tierra del Fuego viene atravesando un difícil momento económico, por lo que desmantelar el régimen de un plumazo sumergiría a la provincia en un caos de dimensiones desconocidas. Esto no implica que no se busque mejorar la competitividad de la isla. Pero eso es parte de medidas totalmente distintas que deberán consensuarse entre la Nación, la provincia y las empresas allí radicadas.
Desde el gobierno hay muchas expectativas en relación al impulso que esta medida pueda tener en la venta de los equipos alcanzados por la reducción arancelaria. Evidentemente la reducción en el precio de los bienes seguramente impulsará su consumo. No obstante, hay que ser cautos y tener en cuenta que los productos en cuestión se encuentran en una etapa de retracción a nivel mundial. Hoy compiten en atracción y presupuesto con los smartphones. Habrá que ver cuánto pesa el precio de los productos alcanzados por la eliminación del arancel en los volúmenes de venta futuros. Desde el gobierno afirman que la baja en los precios podría alcanzar al 50%. La eliminación del arancel del 35% equivale a una reducción del 26% en el costo del bien importado. Llegar entonces a una baja del 50% implicará también la reducción de otros costos que no fueron identificados.
Resta por ver si esta baja de aranceles significará la muerte de los ensambladores locales. En la década de los 90 también hubo arancel 0 a las computadoras durante varios años, período en el cual empresas locales lograron tener más del 50% del mercado ensamblando equipos con marca propia. Hoy el mercado no es igual, es cierto, pero no significa que no haya oportunidades. Como fuere, se trata de una medida largamente esperada.
Enrique Carrier