Ya que estamos en las configuraciones de escritorio, aprovechamos para marcar un par de tips que nos van a venir bien si trabajamos con muchas ventanas. En la misma sección de configuraciones de multitareas, tenemos el recuadro superior llamado [Acoplar]. La primera opción, habilitada por defecto, nos permite organizar las ventanas arrastrándolas en la esquina del escritorio. Esto es: cuando hagamos clic en la barra superior de una ventana de cualquier aplicación y, manteniendo el clic, nos movamos hacia una de las cuatro esquinas de la pantalla, lograremos que se acople en un cuarto de la misma.
Si hacemos esto con las otras esquinas, veremos que tenemos la posibilidad de visualizar y encajar cuatro ventanas en nuestro escritorio, lo cual puede ser muy útil. Si, por ejemplo, queremos anclar sólo dos ventanas, debemos hacer el arrastre hacia un costado, en lugar de una esquina. Algo de esto se esbozó en Windows 8, pero no era tan intuitivo como hoy. La segunda opción de configuración habla del autoajuste del tamaño, lo cual no merece mucha explicación. Recomendamos habilitar esta opción. Por último, la tercera es para que Windows nos asista y nos dé las opciones cuando estemos acoplando ventanas. Si la dejamos activa, veremos en los cuadrantes o secciones libres las ventanas que aún no están acopladas, para que elijamos cómo completar nuestra pantalla.
¿Vale la pena usar escritorios múltiples?
La respuesta es: sí. Realmente la fluidez de Windows con esta característica sorprende. Luego de tanto ir y venir, la creación nativa de esta funcionalidad es un gran paso adelante. Si nunca los usaron, les aseguro que una vez que se acostumbren a ellos no querrán volver atrás. Lo más interesante sucede cuando es necesario trabajar en una oficina o en desarrollos de múltiples tareas, y conviene tener un escritorio para el software de trabajo, otro para las redes sociales, y tal vez un tercero o cuarto para ocio o tareas que se realicen en segundo plano. En la lista de los pendientes (sí, siempre pedimos más) queda la organización bidimensional de los escritorios.
En Linux, por ejemplo, uno puede definir los escritorios en varias filas y columnas, de manera que es mucho más fácil navegar entre ellos debido a su posición (arriba, abajo, izquierda y derecha). Además de esto, tenemos que marcar que existen aún algunas fallas pequeñas que esperamos que sean corregidas pronto. Para citar una: hay situaciones en las que aplicaciones abiertas dejan de estar marcadas con su línea inferior, y esto suele suceder cuando recibimos una notificación (un parpadeo naranja) y hacemos clic sobre el ícono.
En cuanto a las limitaciones en cantidad de escritorios disponibles, eso lo determinarán los recursos que tenga la computadora. A pesar de esto, no es claro cómo alguien podría necesitar más de cuatro, y ese número no debería afectar el rendimiento. Cerramos sosteniendo que Windows 10 nos trae un manejo de ventanas y escritorio realmente superior. Es la mejor versión de estas características, y debemos sacarnos el sombrero ante el avance. Para quienes tienen Windows 8 y están pensando en hacer el cambio, los invitamos a tomar en cuenta estos avances, y les recomendamos animarse a hacerlo.