Entre estas opciones tenemos [Tamaño de imagen], desde donde podremos cambiar el tamaño (ancho y alto) y resolución (píxeles por pulgada) de la imagen. Además, tenemos la posibilidad (no obligatoria) de restringir las proporciones, de manera que si se reduce, por ejemplo, un 45% en la altura, automáticamente se reduzca el ancho de manera proporcional evitando la deformación de la imagen. La complejidad de esta acción es entender qué ocurre con la imagen cuando se cambia su composición en píxeles. Las imágenes del tipo bitmap están basadas en una grilla de un número fijo de puntos (pixeles). Cualquier modificación de su tamaño altera la imagen de manera definitiva. Si reducimos una imagen, Photoshop deberá buscar la manera de mostrar lo mismo pero con menos píxeles. Si, en cambio, se amplía, deberá buscar la manera de rellenar los nuevos píxeles que se agregan. Estas acciones se denominan remuestreo de imagen y se basan en complejos algoritmos para lograr el resultado. Por lo general, el remuestreo de imagen funciona correctamente, sin perder de vista que cualquier modificación de tamaño implica una pérdida muchas veces irreversible de calidad
Está claro que el tamaño y la resolución están directamente relacionados con el medio de salida y sus múltiples tipos. Pero esto no impide que se puedan establecer ciertos estándares y recomendaciones:
-Conviene trabajar en la mayor resolución posible mientras se está editando, dejando cualquier cambio definitivo en el tamaño para el final.
-A mayor resolución, más pesado será el archivo. Si se necesita priorizar el espacio de disco, ahorrar recursos o disminuir el tiempo de descarga y transmisión de datos, una buena medida es trabajar con resoluciones más bajas.
-Una impresora es capaz de imprimir a partir de 300 dpi con buena definición. De ahí que se determine la “resolución de impresión” como 300 ppi. Si ese es nuestro objetivo, no sería necesario utilizar más.
-Un monitor típico utiliza de 72 a 96 píxeles por pulgada y tiene una resolución de 1024×768, 1600×900 o 1920×1080 píxeles, entre otras. Por este motivo se dice que la “resolución de pantalla” es de 72 ppi. Sin embargo, las nuevas pantallas, especialmente de dispositivos móviles, manejan valores de píxeles por pulgada mucho más altos (entre las características de estos dispositivos, el dato de ppi aparece como “densidad”).
-Cuando se comparten imágenes entre varios proyectos, es imprescindible chequear que la resolución y tamaño mantengan cierto equilibrio. Por ejemplo, si en un fotomontaje una de las partes tiene resolución menor o mayor que las demás se generan efectos visuales de baja calidad.