15 agosto, 2014
Siempre hay alguien que arruina la fiesta, y en ocasiones es el que la organiza. El último Mundial sirvió como una demostración final del espacio que están destinados a tomar las redes sociales en la difusión y el disfrute de los eventos deportivos. En el caso de Vine, la red social de videos de corta, se produjo una gran cantidad de material. Material que la FIFA vio con desagrado dado que escapaba del control sobre los derechos de transmisión que es una parte fundamental de su negocio. El organismo y varias de las empresas difusoras del evento enviaron notificaciones pidiendo se diera de baja varios archivos con material relacionado.
Pasado el Mundial comienzan las ligas locales y los ocurrido ya tiene repercusiones. Dan Johnson, director de comunicaciones de la Premier League, ha señalado que compartir los goles por Internet va contra la ley. “Podemos entender que los fanáticos vean algo, lo capturen y lo compartan, pero en definitiva va contra la ley”, afirmó. Johnson explicó que esa infracción a los derechos de copia debe ser controlada. Para tal fin se está desarrollando tecnología que tiene como objetivo detectar la producción de este tipo de videos. Las autoridades están trabajando con Twitter, compañía dueña de Vine.
Detrás de este celo por el contenido se encuentran importantísimos contratos que la liga mantiene con los periódicos británicos The Sun y The Times. Los suscriptores de estos medios pueden ver los goles inmediatamente luego de que los juegos terminan. Una ventaja que no existiría si las capturas de los fanáticos llegaran a Vine. Por otro lado las empresas Sky Sport y BT Sport pagan, cada una, una cifra superior a los USD 1.500 millones por año para televisar partidos en directo.
Johnson agregó previendo lo que seguramente será la reacción de muchos fanáticos: “Se que sonamos como unos aguafiestas, pero tenemos que proteger nuestra propiedad intelectual”.
En una movida de igual caracter, hace poco las autoridades del Manchester United prohibieron el uso de tablets en su estadio.