25 julio, 2014
La única manera de tener siempre al alcance lo último de Samsung es, o bien ser uno de los ejecutivos de la empresa, o vivir en Corea del Sur. El resto del mundo debe esperar, y en ocasiones ver como un dispositivo no pasa jamás las fronteras del país asiático. Afortunadamente no es el caso del Galaxy W, que había salido al mercado coreano en junio de 2014. Nuevos mercado se abrirán para este producto, comenzando con China, en el que también será conocido como Samsung Galaxy Tab Q. Y pasará de considerarse una phablet a ser considerado una tablet.
El Galaxy W es un smartphone detamaño familiar, con pantalla de 7 pulgadas y resolución 720×1280, lo que lleva a una proporción 16:9. El cambio de nombre sugiere que la compañía ha decidido presentar el producto como una tablet. Ciertamente sus dimensiones sugieren que es una clasificación correcta, pero el hecho es que se pueden realizar llamadas como lo haríamos desde cualquier otro smartphone. El Galaxy W mide unos 191,8 x 99,7 x 8,9 mm.
En términos de hardware, el dispositivo presenta un procesador de cuatro núcleos a 1.2 GHz, 1 GB de memoria RAM y 16 GB de memoria de almacenaje. La batería alcanza los 3.200 mAh. La cámara principal es de 8 MP y la frontal de 2 MP. En lo que se refiere a conectividad destaca la implementación de las tecnologías LTE y NFC. También posee Wi-Fi, Bluetooth 4.0 y GPS con GLONASS. En su versión china, es decir el Tab Q, el dispositivo viene en dos versiones, una de ellas ofrece espacio para dos tarjetas SIM.
El Galaxy W puede ser un buen ejemplo de lo borrosas que se hacen algunos límites y categorías en el mundo de los electrónicos. El término phablet fue creado para referirse a los smartphones que se acercaban al tamaño de las tablets. El Galaxy W solo ha llevado esta tendencia un poco más allá, y es difícil establecer si se trata de una phablet o simplemente de una tablet que tiene características de un smartphone.
Fuentes: Phonearena, Sammobile