24 julio, 2014
Existe un dicho que señala que una imagen dice más que mil palabras. En la era digital, un archivo de imagen puede decir mucho más que una imagen. Muchos usuarios desconocen el hecho de que las imágenes que suben a las redes sociales contienen metadatos sobre cómo fue realizada la captura, entre ellos la localización del sitio en el que tuvo lugar. Las cámaras suelen imprimir estos detalles en los archivos por defecto, sin avisarnos. Solo para ilustrar los peligros que podrían producirse por esta característica fue creado el sitio I Know Where Your Cat Lives. La intención de su ideólogo, Owen Mundy, ha sido demostrar la exposición de los datos personales y como las empresas pueden utilizarlos.
Mundy utiliza fotografías de gatos, dada la inmensa popularidad que tienen estas mascotas en la red. Una gran cantidad de personas dudarían en subir material que muestre el frente de sus casas, pero una imagen del gato sobre el sillón del comedor no parece ser un problema. Los archivos subidos a las redes sociales contienen los datos del lugar en el que se tomó la foto, dado que las cámaras imprimen la ubicación GPS. El resultado es que en el caso de que una imagen hubiera sido capturada en la cocina o el living de nuestro hogar, aún cuando la imagen en sí no revele ningún detalle, los metadatos señalarán dónde vivimos.
El sitio tiene como objetivo dar una muestra del riesgo potencial que implica el desconocer estos mecanismos, pero sin producir un perjuicio a quienes tomaron las fotos. Para ello se toma al azar una serie de imágenes de gatos de una base de un millón. La base de datos fue construida al filtrar aquellas imágenes que en las redes sociales se habían marcado con la etiqueta “cat” (gato en inglés). Vale notar que en algunos casos aparecen también los dueños. Las imágenes se disponen sobre un mapa ubicadas gracias a las coordenadas suministradas por los metadatos. Mundy aconseja aumentar las opciones de privacidad en las imágenes que se han subido a la red. Esto supondría la desaparición de la geolocalización.
Tan inocente e inofensivo como parece ser el efecto de este sitio, las posibilidades que abre el uso de estos metadatos son para preocuparse. Por un lado, puede dar lugar a malas prácticas por parte de algunas empresas, y hasta los gobiernos. Por otro lado podría suponer el riesgo para niños y jóvenes que a menudo suben una gran cantidad de material fotográfico a las redes sociales.
Fuentes: NYTimes