25 junio, 2014
Este año ha sido particularmente interesante en lo que se refiere al desarrollo de tecnologías de seguridad. Más allá de los problemas y preocupaciones generados por las acciones de la NSA, muchas empresas han apuntado a sistemas de identificación que aparecen como alternativas a las palabras claves. En este contexto Facelock hace su entrada y puede ser tomado con seriedad cuando hace unos años hubiera parecido una curiosidad. Facelock es un sistema de control de acceso que se basa en el reconocimiento del usuario de los retratos de personas que le son conocidas.
El sistema funciona utilizando la capacidad natural de las personas para el reconocimiento de los rostros. Una serie de retratos se exhiben en una grilla, uno de ellos se corresponde con una persona que el usuario puede conocer, y por tanto reconocer, el resto le pertenecen a completos extraños. Para ingresar el dispositivo es necesario seleccionar a los conocidos en cada grilla dispuesta. Las fotografías y las personas involucradas varían en cada ocasión.
El sistema todavía está en una etapa temprana de desarrollo, pero podría ser una posibilidad muy interesante. Según estudios llevados a cabo por los desarrolladores la capacidad para identificarse con éxito utilizando Facelock fue del 97,5% en circunstancias normales y de un 86,1% en el caso de usuarios que utilizaron el sistema un año después de haberlo establecido. La tasa de éxito de quienes intentaron ingresar a cuentas ajenas fue menor al 1%. Resulta particularmente interesante que cuando quienes querían ingresar en cuentas ajenas conocían al titular el éxito logrado fue del 6,6%.
Una ventaja del sistema es que evita la necesidad del usuario de recordar un código. Por tanto no existe la posibilidad de olvidar o perder una clave. Por esta misma razón no es necesario escribir las claves.
Existen algunas limitaciones del sistema. Se observa cierta vulnerabilidad cuando el atacante conoce no solo al usuario, sino los rostros de las personas relacionadas con la cuenta. En este aspecto se ha recomendado mantener una cantidad de rostros a identificar lo suficientemente amplia como para crear una diferencia en términos de familiaridad. También se ha notado que los rasgos muy distintivos y la estabilidad en la apariencia de las personas involucradas tienden a producir un sistema menos efectivo. En este aspecto se ha recomendado evitar las personas con estas características.
