14 marzo, 2014
Hace unos días, en las redes sociales apareció PopCorn Time, un programa desarrollado en Argentina que permitía hacer streaming de películas y series a partir de torrents, y que contaba con una atractiva y simple interfaz. Este viernes, el sitio mostró una carta de despedida. Se desconocen las causas del cierre, pero se especula con presiones por parte de la industria cinematográfica.
“Empezamos Popcorn Time como un desafío a nosotros mismos. Ese es nuestro lema. Es nuestro motor”, arranca la carta, firmada por Pochoclín, la mascota del sitio. Y más abajo remarcan que verificaron “cuatro veces” que el proyecto que estaban creando era completamente legal.
“Muchísima gente expresó al unísono que la industria de las peliculas tiene demasiadas restricciones ridículas en demasiados mercados. En Argentina, los proveedores de servicios de streaming creen que ‘Loco por Mary’ es una película reciente. Esa película es tan vieja que podría votar acá”, remarca el texto.
“La piratería no es un problema de gente. Es un problema de servicio. Un problema creado por una industria que pinta a la innovación como una amenaza a su anticuada receta comercial. A todos les parece que directamente no les importa resolverlo“, dispara la carta, lo que hace pensar que la industria del cine estuvo detrás de la medida.
De hecho, las versiones para Windows, Mac y Linux de Popcorn Time estaban alojadas en Mega, pero fueron dadas de baja recientemente tras denuncias de la Asociación Cinematográfica de EE.UU (MPAA, por sus siglas en inglés) por contenido inapropiado. A pesar de ello, Kim Dot Com, fundador del sitio, había expresado su pesar por el hecho y también elogió a la aplicación.
Este software fue liberado como software libre, de hecho, su código fuente está disponible en el repositorio GitHub. La información la obtenía desde YIFY, para hallar los torrents; OpenSubtitles, que proveía los subtítulos en español; y TheMovieDB, para mostrar las portadas y datos adicionales de las películas.
El texto cierra con la siguiente frase: “Nuestro experimento nos puso a las puertas de los interminables debates de piratería y copyright, amenazas legales y la maquinaria oscura que nos hace sentir amenazados por hacer lo que amamos. Y esa no es una batalla en la que queramos estar”.