18 agosto, 2009
Adrían Lamandia, CEO del fabricante de memorias Novatech y miembro de CAMOCA dialogó con RedUSERS acerca de la inminente sanción del impuestazo: “El panorama es negativo, no hay mucho que podamos hacer”.
Este jueves el Senado de la Nación tendrá en sus manos una decisión trascendental para la industria IT de Argentina. Ese día se sabrá si finalmente se convierte en Ley el impuestazo tecnológico que afectará el precio final en monitores LCD, celulares y cámaras digitales.
En este sentido, mucho es lo que hizo el sector informático del país para evitar lo que se considera un “retroceso para la industria”. Por ejemplo, se logró quitar a las notebooks, netbooks y PDAs del asunto para alivianar un poco la cuestión. Pero la industria asegura que no es suficiente.
Adrián Lamandia, CEO del fabricante de memorias Novatech y miembro de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (CAMOCA), estuvo desde el principio luchando por evitar lo que a esta altura parece indeclinable y compartió con RedUSERS algunas claves sobre el asunto.
Para el ejecutivo, la medida impuesta por el Gobierno fue totalmente “arbitraria” y no existió “consulta alguna con los sectores incumbentes”, o sea, con aquellos a quienes la medida impactaría directamente.
“En un momento en que estábamos haciendo muchísimo sin protección y sin la ayuda del Estado, justo cuando estamos creciendo a niveles importantes, salió esta decisión del impuestazo que no es más que un retraso a todo lo que venimos trabajando desde hace años”, remarcó.
Y es que de sancionarse el impuestazo como Ley, algo que para Lamandia es prácticamente irreversible, se perderá un factor sumamente importante para el desarrollo de la industria tecnológica que es la previsibilidad para invertir.
“Con un gobierno que cambia las reglas del juego sin aviso, sin consultar a los sectores involucrados, nadie querrá arriesgarse a dar un paso más. Si yo pago cerca de 1.500.000 dólares por una planta para fabricar placas y el Estado sale con una medida de ese tipo de un día para el otro ¿qué previsibilidad tendré para invertir en otros segmentos?”, reflexionó el CEO.
Tan drástica es la cuestión que ya los retailers están vendiendo monitores con el 33% de aumento contemplado, aún sin haberse formalizado la medida. Y pese a todos los beneficios impositivos que recaen en Tierra del Fuego, allí se fabrican los monitores más caros del mundo.
“En este momento los monitores de Argentina son los más caros del mundo, están un 30% más y hasta el doble que, por ejemplo, en cualquier tienda de los EE.UU. Y esto se da aún recibiendo ayuda arancelaria, protección e incentivos”, destacó el entrevistado.
Pero también se puede seguir hablando de paradojas: “Parece que nosotros (los fabricantes) estamos destinados a llevar un collar de plomo. Sin ayuda de nadie obtuvimos frente a marcas extranjeras casi el 25% del mercado notebooks y rozamos el 40% en memorias. Si el Estado se hubiera fijado antes en nosotros como sector, estoy seguro que hubiéramos podido hacer grandes cosas”.
Como verán, no hay más que lamentos por parte de los fabricantes y ensambladores que están fuera del territorio fueguino. El último intento que realizaron por salvarse del hundimiento consistió en proponer una ley de hardware que otorgara beneficios impositivos a todos los fabricantes del país, pero la iniciativa no prosperó y fue sepultada en una avalancha de lobby y presiones desde el sur.
Parece que el impuestazo es inminente y no quedará más que aceptar las nuevas reglas del juego. ¿Cómo harán los fabricantes para sobrevivir a la medida? ¿Cómo reaccionarán los consumidores ante la situación de pagar hasta un 30% más caro un producto informático?
Como cierre les dejo una declaración final del empresario que nos invita a todos a pensar la situación: “En este asunto hubo mucha presión y mucho lobby, y la verdad, como sector, nos sentimos contentos de haber logrado bajar las notebooks y las netbooks de la suba, pero ya no creo que podamos hacer mucho más”.
Por Leandro Piñeiro