10 agosto, 2009
Una nueva versión de marcapasos les permitirá a los médicos controlar la salud de sus pacientes a distancia, a través de Internet, y la primera persona en usar este avance tecnológico fue la estadounidense Carol Kasyjanski, quien luego de 20 años dependiendo de un marcapasos tradicional, pasó a usar la versión inalámbrica.
Cuando Kasyjanski fue al Hospital de San Francis en Rosyln, Nueva York, para una revisión de rutina, el 90% del trabajo ya estaba hecho, porque previamente su médico se había registrado en la PC y ya tenía la mayoría de lo que necesitaba saber sobre ella.
Hace tres semanas la paciente, de 61 años, se convirtió en la primera persona de mundo a la que se implantó un marcapasos con un sistema de doméstico de control a distancia que transmite la información importante a su médico a través de Internet.
Kasyjanski, que sufrió una enfermedad cardiaca grave desde hace más de 20 años, dice que el dispositivo le da una nueva confianza y una segunda oportunidad en la vida, porque si su marcapasos se estropeara o dejara de funcionar, con sólo una acción inmediata se salvaría su vida.
“Hace años tuve un problema con un cable que transmite energía del marcapasos al músculo cardiaco, estaba perforado, y hasta que me derrumbé nadie sabía cuál era el problema, ninguna prueba mostró el problema hasta que me desmayé“, dijo a Reuters Kasyjanski.
El doctor Steven Greenberg, director del Centro San Francis de Arritmia y Marcapasos, señaló que esta nueva tecnología le permite tratar mejor a sus pacientes y probablemente se convertirá en la nueva norma en marcapasos.
El servidor y el sistema remoto se comunican al menos una vez al día para descargar toda la información relevante y advertir a médico y paciente si hay algo inusual.
“Si existe algo anormal, y tenemos un sistema muy intrincado instalado, se llamará inmediatamente al médico responsable a cualquier hora si es necesario“, afirmó Greenberg.
El marcapasos móvil fue construido por la empresa St. Jude Medical, y aprobado en julio por las autoridades sanitarias estadounidenses.”Es tremendamente conveniente para el paciente incluso en comparación con interactuar con un teléfono para llamar al médico”, agregó el galeno.
Por otro lado, Kasyjanski destacó que al principio se había asustado por ser la primera persona a la que se le implantó el dispositivo, pero que poco a poco sus miedos habían dejado paso a una sensación de alivio, al saber que su corazón estaba bajo supervisión constante.
En el mundo hay más de tres millones de personas con marcapasos, y 600.000 más se implantan cada año y, según Greenburg, es probable que la tecnología móvil se haga más común en el tratamiento de los pacientes, y dé a los médicos más tiempo para centrarse en sus enfermos y no en pruebas de rutina.