13 febrero, 2014
La constante fragmentación de la que es hoy víctima el universo Android no es solamente culpa de Google y sus lanzamientos periódicos de nuevas versiones de la plataforma, sino que se debe antes a la enorme cantidad de fabricantes que lanzan equipos con SOs desactualizados.
Si bien los equipos de alta gama normalmente no tienen este problema, si se aplica el caso a la mayor parte de las tablets accesibles del órden de los 100 dólares las que normalmente cuentan con Android 4.0 ICS o incluso inferiores.
Pues bien, según un reporte de AndroidPolice (que cita un memo filtrado y un “importante OEM partner“), Google tendría intenciones de obligar a los OEMs a utilizar versiones actualizadas de Android para que sus productos califiquen y puedan tener soporte de Google Mobile Services, es decir Google Apps.
Según la fuente, comenzando este mismo mes y hasta el 24 de abril Google no certificará ningún equipo que esté corriendo una versión inferior a Android 4.2. En resumidas cuentas, Gingerbread, Honeycomb y Ice Cream Sandwich ya quedan descartados desde principios de febrero. En este mismo esquema, los equipos con la versión Android 4.3 serán certificados solamente hasta el 31 de julio.
Una vez superado este proceso de normalización, Google proveerá a los OEMs con un “GMS approval window” (brecha de aprobación), que cerrará nueve meses después de que la siguiente versión de Android esté disponible públicamente.
Considerando su ritmo de dos versiones de Android nuevas por año, Google se aseguraría de esta forma que cualquier equipo nuevo que salga al mercado esté no más de dos versiones atrás del último release. Pero claro, la aprobación y el lanzamiento son dos etapas diferentes, con lo cual un equipo podría ser aprobado mucho antes de su lanzamiento oficial, dejando dispositivos con (probablemente) al menos tres versiones de Android detrás.
En concreto, y como mencionábamos al principio, es poco probable que los consumidores de dispositivos high-end noten diferencia alguna, ya que equipar la última versión de Android es tan importante para Samsung o LG como el diseño o el precio de sus flagships. En realidad, este intento de cortar con la fragmentación de Android bien podría apuntar a las intenciones de Google de llegar de forma óptima a los usuarios en mercados emergentes, como India, en los cuales abundan los equipos baratos y desactualizados.