14 enero, 2014
Un Tribunal Federal de Apelaciones de los Estados Unidos revocó este martes una orden emitida en 2010 por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) que establecía el principio de Neutralidad de la Red para los proveedores de servicios de Internet.
Las normas de la FCC fueron diseñadas en su momento para asegurar que todos los proveedores traten los contenidos transmitidos a través de sus canales sin ningún tipo de discriminación; es decir, sin disponer para determinado tipo de datos un ancho de banda distinto. Esencialmente, lo que se buscó es que ciertos contenidos no tuvieran “preferencia” por sobre otros.
Una demanda presentada por Verizon, que ya se había mostrado su disconformidad con la medida de la FCC, fue ratificada por el Tribunal Federal de Apelaciones de Columbia, lo que desencadenó en la anulación de lo previamente ordenado por la máxima autoridad de comunicaciones de los Estados Unidos. El fallo también dejó sin efecto una medida que prohibia a los operadores de interner bloquear el tráfico de internet.
Un aspecto importante de la decisión del tribunal es que el acceso a la Banda Ancha no está tipificado como un “servicio básico”, algo que si ocurre con la telefonía móvil. Al carecer de este estatus, los jueces determinaron que los servicios de Internet no pueden protegidos por la FCC.
La noticia significa un verdadero golpe bajo para el gobierno de Barack Obama, que había tomado los conceptos de la Neutralidad de la Red como una de sus principales banderas en la campaña presidencial del 2008. Asimismo, se abre una puerta para que Verizon y otras compañías puedan ofrecer servicios diferenciales o cobrar para aumentar la velocidad de acceso a ciertos proveedores de contenidos (como podría ser el caso de Netflix, por ejemplo).
Tom Wheeler, Presidente de la FCC, aseguró que mantendrán una estrecha vigilancia sobre las redes de banda ancha para “impedir su explotación con actos inaceptables”. Por ahora, el mayor peligro para los usuarios de los Estados Unidos es la posibilidad de que surjan tarifas diferenciales para acceder a los contenidos que utilizan mayores recursos de la red, como lo son Netflix, Google, Skype y otros servicios de streaming.
Fuente: WSJ.com