18 diciembre, 2013
Las preocupaciones de las empresas tecnológicas respecto a las consecuencias de los escándalos vinculados con las actividades de la NSA son conocidas. Uno de los temores es la pérdida de terreno en los mercados exteriores. Marissa Mayer, CEO de Yahoo, le ha comentado a Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, que dicho país podría verse perjudicado ante lo que calificó como una balcanización (aumento de la conflictividad) de Internet.
Este fenómeno se daría como consecuencia de la adopción de diferentes estándares en cada país en relación a las actividades de vigilancia. Mayer es una de los 15 ejecutivos de empresas del sector que se reunieron con Obama con el objetivo de impulsar cambios a las políticas de la NSA. El gobierno no se comprometió con ningún cambio de política, aunque dijo estar considerando todas las opiniones ofrecidas.
El 9 de diciembre, Yahoo, junto a Apple y Google y otras compañías habían firmado una carta al presidente y los miembros del congreso afirmando que los Estados Unidos debía liderar el cambio en las políticas de vigilancia gubernamentales. Se ponía especial énfasis en que era necesario asegurar que las acciones de vigilancia estuvieran reguladas por la ley y fueran proporcionales a los riesgos implicados, transparentes y sujetas a supervisión independiente.
Durante esta semana un juez de los Estados Unidos señaló que la colección de metadatos telefónicos de la NSA es probablemente ilegal al permitir que proceda a una demanda que apunta a su inconstitucionalidad. El gobierno estadounidense ha señalado en varias oportunidades que las actividades de la NSA son esenciales para prevenir futuros ataques terroristas. Sin embargo ha señalado que podrían implementarse ciertos límites. Mientras Obama evalua cambios en las políticas de vigilancia, las compañías tecnológicas estadounidense están sufriendo la perdida de millones de dólares en sus negocios en el exterior. Esto sucede por la presencia de regulaciones más estrictas y la pérdida de confianza de los consumidores.
Fuentes: Bloomberg