14 noviembre, 2013
Metegol es la película argentina más cara de la historia, con más de 20 millones de dólares invertidos. Además, es una de las más taquilleras del año con casi 2,1 millones de entradas vendidas en las 10 semanas que estuvo en cartel y la mitad de la audiencia la logró tan solo en los primeros 15 días.
Se trata de una aventura sin precedentes para la industria cinematográfica en la región: Metegol es un producto argentino que tiene nivel internacional, de hecho, la película desembarcó en EE.UU. y Europa. Y ostenta una meritoria calificación de 7,9 puntos en el IMDB, la base de datos online más importante dedicada al séptimo arte.
La firma Autodesk ocupó un rol fundamental en la creación de la película, pues no sólo aportó su software, sino también su experiencia en el mercado de la animación 3D. RedUSERS entrevistó a Ricardo Cazes, Gerente Regional de Tecnología para Latinoamérica de Autodesk, para que nos cuente más sobre la relación que tuvo la empresa con 100 Bares y Catmandú, productoras que intervinieron en el filme.
¿Cómo arrancó la relación de Autodesk con el equipo de Metegol?
Nos contactamos con ellos hace tres años. Recuerdo que tuve una primera charla con Gastón Gorali, el productor, en Miami. Él estaba yendo para Los Ángeles, nos juntamos a almorzar y dijo: “Mirá, tengo un proyecto loco”.Y nos empezó a contar un poco la historia de cómo tomó el cuento inicial de Fontanarrosa. Él ya venía de la industria y había hecho comerciales y unas animaciones en Internet, como dibujos animados en capítulos para un desodorante.
Y tenía esa historia. Y me gustó la historia y le digo esto es bueno como para hacer un cuento. Lo desarrollamos un poco y me dice: “Se lo voy a proponer a Campanella”. No lo conocía, la historia es interesante, por eso se lo propuso. Campanella todavía no había ganado el Oscar, era en septiembre y la secretaria le dio una entrevista para abril. Y dos días antes, cuando llegó abril, la secretaria lo llamó para recordarle que tenía una cita con Campanella. Fue, habló con él, le hizo el pitch, a Campanella le gustó la historia y quedó allí. Esto es como me lo contó Gastón.
Cuando Campanella gana el Oscar le empiezan a caer ofertas y la opción de financiar. Y ahí es donde dice: “Tengo este proyecto con este pibe en Argentina, vamos a hacer una película animada, nunca la hice, es el desafío”. Y empezaron de cero. Tenían algo de transferencia de conocimiento de España, porque está ahí Sergio Pablo, quien fue uno de los productores de “Mi Vilano Favorito”. Entonces, él se asoció desde el principio y tenían alguna serie de transferencia de tecnología desde España.
¿Estaban interesados en usar los productos de ustedes?
Se acercaron a nosotros por la tecnología de nuestros productos. Habían visto el mercado y decidieron usar Maya como el producto base. “Toda la película va a estar hecha en Maya”, nos dijeron. Y les respondimos que podían contar con nuestro apoyo. Un día nos llaman porque tenían una serie de problemas técnicos, lo que se llama el pipeline, que es el flujo de proceso.
El problema empezaba con la gente que hace el arte a mano, donde tienen muy buenos artistas, como Nelson. A partir de ahí, hacen inclusive modelados en arcilla para ver cómo quedará el personaje. Una vez que están esos modelos de arte en lápiz se lo pasan a modelador que lo diseña en Maya en 3D. Después viene la parte del rigging, es decir, que le agregan el esqueleto. Después hay que ponerle los colores, las ropas, el pelo, todos los backgrounds, o sea todos los entornos.
Por ejemplo, si el personaje agarra una mesa, hay que modelar la mesa. Debe haber toda una coordinación entre todas esas partes, porque alguien crea una parte, la deja en un repositorio; otro la toma para agregarle el pelo; al mismo tiempo otro le agregó y le puso movimiento en la mano; el de arte dijo no, le voy a cambiar, quiero que sea de ojos verdes o más narigón; entonces cambia el modelo. Esa sincronización del pipeline es crítica porque te desviás y perdés la sincronización y se pierde mucho trabajo. Entonces nos pidieron ayuda.
¿Y ustedes entonces decidieron apoyar el proyecto?
Nosotros, en Autodesk de Argentina, decidimos que esto era un proyecto crítico para darle un empuje al mercado que hasta hoy no existía. Entonces decidimos invertir. Como vínculo, yo conozco a la gente de Media and Enterntainment de Estados Unidos. Y les dijimos que en la Argentina había una empresa que está haciendo este tipo de proceso y es la primera vez que iban a hacer un full featured animated movie 3D (película completamente animada en 3D), todo con nuestra tecnología, queremos ayudarlos.
¿Qué necesitan? Ayuda con el pipeline y una verificación de que los procesos que están haciendo son buenos o no. OK, armamos un grupo de tres personas, con gente que había trabado en Pixar, en Weta y otros estudios de efectos visuales. O sea, gente con experiencia, empleados nuestros, de consultoría, pero que venían de la industria. Y los trajimos a Buenos Aires, gratis. Digamos, esa fue nuestra inversión inicial, para hacer un chequeo de una semana. Durante esa semana, nuestros tres técnicos estuvieron trabajando con ellos en forma intensa y llegaron a un diagnóstico, unas conclusiones: hay que cambiar esto, esto lo están haciendo bien, aquí te recomiendo que hagas este proceso, utilices este software para administración.
Armamos una especie de un mapa que los ayudó mucho. Y a partir de ahí, su grupo técnico y nuestro grupo técnico, llegamos a un acuerdo de tener una comunicación directa. Se les habilitó como una línea directa y durante todo el resto del proceso tuvieron a nivel, no te digo así diario, pero semanal, comunicándose. Estoy con esto, cómo lo puedo hacer, ayudanos con esto. Nosotros vamos sacando versiones nuevas del software y ellos nos decían, ¿qué estás haciendo? Mirá, estoy trabajando con tal o cual problema. Mirá, te voy a dar el beta, probalo, quizás te pueda ayudar y danos feedback.
¿Hicieron una especie de consultoría?
Hacíamos un consulting y ellos nos daban feedback de nuestro producto. Los pusimos en el mismo nivel de atención técnica que los grandes. Empezamos a crear y tener con ellos el mismo tipo de relación que tenemos con Disney o con Pixar. Obviamente, más allá del lado comercial, fue la apuesta que nosotros teníamos. Porque nos entusiasmó: yo soy argentino, somos latinos y nos interesa que este mercado se desarrolle.
¿A Autodesk le pareció una buena apuesta?
Es una buena apuesta porque es un mercado sin desarrollar, sin madurar. Que genera muchos problemas, entre ellos, hay un gran problema de piratería. En verdad, este es un programa que se piratea mucho porque no hay una industria que los consolide y que los obligue a tener las licencias legales porque es la ventaja, no sólo el tema ético, sino la ventaja económica. Cuando se tiene la última versión, se tiene el apoyo, el soporte y el apoyo de la marca. Acá la industria estaba muy diseminada, sí tenemos muy buena gente, creativos que hacen propaganda, sí tenemos muy buena gente que hace videojuegos para el exterior. Pero no está madura, no está organizada. Nosotros vemos esto como una opción de crear un Hub, un centro de consolidación para la industria. Y ese fue el motivo empresarial para apoyarlos.
¿Autodesk participó en todo el proceso de producción?
Estuvimos con ellos en una comunicación constante, ayudándolos con software. Sobretodo, ellos tenían dos necesidades. Por un lado, financiamiento, y por el otro, adquirir el know-how técnico. Nosotros nos conformamos en el socio técnico. Obviamente, está Hewlett Packard, con la gente de Arnold, que hacen el rendering engine. Pero bueno, básicamente esa fue nuestra participación. Respecto al resto, estamos también alineados con Catmandú y 100 Bares en la convicción de que existe la posibilidad de crear un centro de desarrollo de contenido digital en la Argentina. El hecho que empezaron ellos de cero y coordinando los socios adecuados, y con esos socios te estoy diciendo nosotros, en su momento Telefónica, Intel, con todas las empresas de tecnología más el financiamiento y el talento que trajeron de afuera
¿A qué se refieren con contenidos digitales?
En contenidos digitales tenés desde animación, películas, videojuegos, publicidad. Publicidad es uno de los grandes mercados de animación y de postproducción. Con mi hijo mirábamos las publicidades en Miami y nos preguntábamos cuántas tenían animación o postproducción. 90, 95 por ciento. Si vas al prime time, donde están los anunciantes grandes, 100 por ciento. No hay ninguna que no tenga un efecto especial. Entonces, ese es un mercado importante. Y Argentina es un mercado importante en producción de publicidad.
Sí, tanto en país como para el exterior…
Y para el extrerior, sí. El otro es todo lo que tenga que ver con videojuegos, tanto de plataformas móviles como de consolas. Y por último el de animación en corto, medio o largometraje.
¿Cuál de esos rubros está más incipiente?
La animación para cine está muy incipiente. Metegol es la primera historia de éxito. Pero como es una historia de éxito fuerte, con renombre, vos viste la repercusión que ha tenido.
Igualmente, Campanella decía que por más que la mire todo el país no alcanzaba, qe dependía mucho de cómo le fuera en Europa, Estados Unidos y el resto de Latinoamérica…
Empiezan ahora a fines de año en Latinoamérica y en Europa. El producto tiene calidad, los factores son muchos. Quién te sale de competencia, cómo se hace la localización. Este es un producto que tiene que estar localizado para las voces. Pero al menos esos son componentes artístico-comerciales, de cómo hicieron el marketing, cuántos contratos se hicieron con McDonald’s para hacer que “el Capi” (NdR: Uno de los personajes de Metegol) vaya en la Cajita Feliz y todo eso. Ya es otro tipo de negocio, pero en cuanto a lo tecnológico se demostró que es posible. Que hay talento y que con los socios adecuados se puede llevar adelante. Entonces, en estos momentos, estamos trabajando con ellos para crear en Buenos Aires un polo tecnológico.