9 septiembre, 2013
Los analistas concidían en el diagnóstico: no es posible que Apple, en su rol líder, no tenga un celular de bajo costo para ingresar en el principal mercado del mundo, el chino, que en el segundo trimestre de 2013 vendió más de 77 millones de smartphones. La firma de Cupertino sólo ostenta una pequeña porción de esa torta: 4,6 por ciento.
Por ello, Apple ha negociado varias veces un acuerdo con China Mobile, el principal operador del mundo con sus 700 millones de abonados, especialmente luego de que el país asiático desbancara a EE.UU. como el principal mercado móvil del mundo el año pasado. Según el Wall Street Journal, Apple habría pedido a Foxconn, ensamblado del iPhone, que China Mobile esté dentro de la lista operadores que recibirá el iPhone económico.
De acuerdo con los rumores, la compañía presentará el martes 10 de septiembre dos equipos: el iPhone de “gama alta”, que quizás se llame 5S; y otro económico, cuyo nombre sería 5C y contaría con carcasas de colores construidas con materiales más económicos. Sobre la “C” hay muchas teorías: por el color de las carcasas, por la palabra Cheap (barato en inglés) o –cada vez más probable– porque está destinado a China.
También hay versiones que indican que Apple hará algo por primera vez en su historia: dos lanzamientos, en dos lugares diferentes. Uno sería en Estados Unidos y el otro –horas después– en Beijing. Otra muestra de la atención puesta por la firma comandada por Tim Cook en China como palanca para torcer la baja de las ventas en un mercado global dominado por Samsung.
El escollo en el país asiático son los equipos Android de precio reducido, donde un teléfono puede costar menos de 200 dólares, mientras que el iPhone puede conseguirse por más de 800 dólares. Una de las empresas que más aprovechó el escenario fue Xiaomi, que reclutó recientemente al vicepresidente de Android Hugo Barra, un start-up que tiene una valuación de 10.000 millones de dólares, un 28% más de lo que tuvo que desembolsar Microsoft para adquirir a Nokia.