2 agosto, 2013
Según un artículo publicado por el Wall Street Journal, Google se habría tomado muy a pecho su idea de no incidir en las decisiones que se tomaran en Motorola luego de la adquisición de la compañía. Tanto es así que los mismos trabajadores e ingenieros del fabricantes consideran que corren con desventaja con respecto a sus competidores.
Si bien el Moto X presentado a la prensa en el día de ayer marca un hito para la compañía (por ser el primer smartphone lanzado bajo la dirección de Google), parece que las condiciones en las que fue desarrollado fueron al menos conflictivas. Si recordamos, el mismo CEO de Motorola Dennis Woodside dijo que no tendrán un trato preferencial por parte de Google, en lo que podría interpretarse como un intento de la compañía madre de no enojar a sus partners (por ejemplo, a Samsung), dándole ventaja a un fabricante por sobre a otro.
Fueron los ingenieros de Motorola quienes destacaron que el mismo Larry Page fue el que cerró totalmente las comunicaciones entre ambas firmas inmediatamente después de la compra. Tal vez prueba fehaciente de ello es que, por ejemplo, tras el anuncio del Moto X se pudo ver que el mismo no cuenta con Android 4.3 como muchos suponían: esto es, a pesar de las muchas novedades que incorpora, el Moto X no es un “nuevo Nexus”.
Un ex empleado de Motorola citado por el WSJ decía “no es que teníamos las mismas pocas ventajas, teníamos aún menos ventajas”, refiriéndose al trato del equipo Android con la competencia y con ellos mismos. De hecho, la relación con el departamento Android se volvió tan complicada que ni siquiera respondían emails de Motorola luego de la adquisición, al punto de no saber hasta último momento si el navegador Chrome estaría integrado o no al Moto X.
Vía: PhoneArena, WSJ