2 junio, 2009
El rompecabezas electrónico ruso que se convirtió en un éxito internacional en la primera versión de la consola GameBoy, y que para muchos fue la puerta de entrada al mundo de los videojuegos, cumple nada más y nada menos que un cuarto de siglo entre nosotros, y más allá de que para algunos sea casi una reliquia, detrás del juego de tetrominós se esconde una historia de Guerra fría, amenazas, robos y espionaje.
Tetris fue creado por el matemático Alexey Pajitnov cuando era investigador de inteligencia artificial de la Dorodnicyn Computing Centre en Moscú, entonces capital de la ahora ex Unión Soviética (URSS), y su nombre nace de un juego de palabras entre el prefijo “tetra”, que significa “cuatro”, y la palabra Tenis.
Según Pajitnov, para crear Tetris se inspiró en un juego basado en ensamblar una caja formada por partes que se podían encajar de diferentes maneras y que escondía una gran complejidad tras una apariencia de sencillez.
En principio el investigador moscovita programó el juego en una computadora Elektronika 60, un equipo de fabricación soviética, Y luego fue adaptado a la IBM PC por sus colegas Dmitry Pavlovsky y Vadim Gerasimov.
Luego, en plena Guerra Fría, el juego llegó eventualmente a Hungría, lugar en el que fue portado a su vez a Apple II y C64 por programadores húngaros, y donde Robert Stein, directivo de la empresa británica Andromeda Software trató de obtener los derechos de la versión de PC.
Como las versiones de C64 y Apple II no habían sido programadas por Pajitnov, y la de PC tampoco, el juego circulaba de mano en mano en plan de distribución libre, de modo que Stein pensó que bien podría comercializarlo por su cuenta y le vendió los derechos del juego a la compañía Mirrorsoft, aunque no eran suyos.
De esta forma, Tetris se iba a convertir en un desarrollo de MirrorSoft y de todas sus sedes mundiales, hasta que Stein recibió un llamado desde Elektronorgtechnika (Elorg), un departamento del estado soviético encargado de administrar todas las transacciones externas de software incluido Tetris, que le advirtió que Mirrorsoft y Andrómeda estaban acusadas de robar y plagiar propiedad soviética.
Tras una serie de amenazas y regateos, Stein consigue que Erlog le firme un contrato de distribución, en el cual le prohíbe hacer versiones de Tetris para unidades recreativas y portátiles, pero pasan los meses y el ejecutivo no paga lo acordado.
El tiempo sigue pasando, Stein no paga, Erlog se impacienta, Pajitnov se entera de que se estuvo comercializando el juego y él no firmó un solo papel, ni obtuvo rédito alguno, y aprovechando que el origen del juego era un tanto oscuro, Mirrorsoft subcontrata los derechos para consola a dos compañías distintas: Atari y Bullet-Proof Software.
La cosa se complica más todavía y pueden seguirla con más detalle leyendo el post completo sobre la historia de los derechos del Tetris en este blog, pero la cuestión es que en un momento Henk Rogers, presidente de Bullet-Proof Software, consigue los derechos para publicar diferentes versiones del juego y a principios de 1989, año en que se aceleró el proceso de desmembramiento de la URSS, viaja a Moscú junto con Minoru Arakawa, directivo de Nintendo América, para negociar con las autoridades soviéticas los derechos de reproducción del Tetris, que se convirtió en un éxito internacional en la primera edición de la consola GameBoy.
En lo que a Pajitnov respecta, legítimo padre de la criatura, actualmente vive entre Moscú y Seattle, y continúa vendiendo junto con Rogers licencias del juego a través de la compañía Blue Planet a fabricantes como Nintendo o Electronic Arts.
Según Rogers, el éxito atemporal del Tetris se debe a que es un juego que trasciende las culturas. “No incluye violencia ni ideología. El jugador crea orden a partir del caos”.
25 años después de su nacimiento, el Tetris se mantiene como una especie de best seller entre los videojuegos, y se calcula que lleva vendidas más de 125 millones de copias en 30 plataformas diferentes y 50 países.
Cabe destacar que el clásico ruso no pierde vigencia un cuarto de siglo después de su creación, y que hoy vive una segunda edad dorada gracias a las descargas en los teléfonos móviles y al sitio web tetrisfriends.com, creado el pasado mes de marzo, donde se juegan diariamente más de un millón de partidas.