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Los SMS impiden que un joven se convierta en un adulto autónomo


No hace falta ser muy sagaz para darse cuenta de que el celular poco a poco se convirtió en un elemento indispensable para muchos jóvenes y no tan jóvenes, para quienes en algunos casos ya es casi un apéndice de su propio cuerpo.

Según un artículo del diario New York Times, esta dependencia puede generar preocupantes efectos secundarios como ansiedad, descenso del rendimiento, privación del sueño, estrés y lesiones musculares.

Una de las actividades más comunes entre los jóvenes es el envío de SMS, para los cuales desarrollaron su propio lenguaje y normas ortográficas, además de una asombrosa velocidad a la hora de mover sus pulgares.

En Estados Unidos, los adolescentes envían una media de 2.272 mensajes al mes, alrededor de 80 diarios, según la consultora Nielsen. Esta cantidad duplica las cifras de hace un año, favorecida por los planes de tarifa plana que establecieron algunas de las operadoras del país como AT&T o Verizon.

Si bien aún es muy pronto para afirmar que el abuso de los SMS puede provocar un verdadero problema de salud, de acuerdo al New York Times algunos investigadores creen que esta adicción afecta el desarrollo de los adolescentes.

Por ejemplo, Sherry Turkle, una psicóloga del MIT que estudió durante tres años la relación de los jóvenes con el teléfono móvil, cree que esta adicción les impide madurar e independizarse de sus padres.

“Si una adolescente le escribe 15 mensajes al día a su madre preguntándole qué zapatos ponerse, entonces la tecnología está impidiendo que se convierta en un adulto autónomo”, afirma la especialista.

Además,  los expertos consideran que prestar atención continuamente al teléfono distrae de otras tareas, y las prisas por contestar un mensaje nada más recibirlo pueden provocar no sólo accidentes sino también  generar ansiedad, por lo que la comunicación constante se convierte en enemiga de la tranquilidad, con consecuencias incluso físicas, como lesiones y dolores en dedos y muñecas.

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