12 julio, 2013
Edward Snowden, conocido como el filtrador del sistema de espionaje digital PRISM, sigue retenido en el aeropuerto de Moscú, desde que el gobierno ruso le impidiera hacer su escala hacia Hong Kong el 23 de junio. Allí se reunió este viernes con grupos de derechos humanos a quienes manifestó sus deseos de que Rusia le ofrezca asilo temporario hasta que pueda viajar hacia Latinoamérica.
Tanya Lokshina, de la ONG Human Rights Watch, fue una de las personas que se encontró con Snowden y afirmó que el ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) se encuentra bien de salud y tomó la foto que acompaña este post. Entre los presentes también estuvo Genri Reznik, un prominente abogado ruso, quien indicó que el pedido de asilo podría ser aceptado.
“Los valores de las constituciones de Estados Unidos y de Rusia son similares, por eso no creo que sea un gran conflicto si Rusia le ofrece asilo“, aseguró el letrado. No obstante, algunos hechos hacen dudar de que esto suceda, pues habría presión del gobierno estadounidense de atrapar a Snowden a los efectos de someterlo a juicio.
Primero, el presidente boliviano Evo Morales tuvo que aterrizar de emergencia en Austria y aceptar una inspección del avión, luego de que Francia, Italia, España y Portugal le negaran el ingreso a sus territorios por sospechar que transportaba a Snowden. Luego, el propio presidente ruso Vladimir Putin advirtió que su país le daría asilo siempre y cuando deje de “lastimar” a los Estados Unidos.
Por su parte, Snowden redactó una carta que fue publicada en la página web de Human Rights Watch: “Nunca antes en la historia los estados han conspirados para forzar a aterrizar a un presidente soberano con el fin de buscar un refugiado político. Esta peligrosa escalada representa una amenaza no sólo para la dignidad de Latinoamérica o mi propia seguridad personal, sino al derecho básico de cualquier persona para vivir libre de la persecución”, indicó.
Además, Snowden difundió una carta en Wikileaks donde acepta formalmente cualquier oferta de asilo político, como “la provista por el presidente Maduro de Venezuela” y se queja de la “interferencia” para conseguir refugio por parte de los países de América del Norte y de Europa.