12 junio, 2013
Microsoft sigue defendiendo a capa y espada las algo confusas condiciones que le impuso a la Xbox One para prestar o vender juegos. Uno de los puntos más conflictivos de este tema tiene que ver con la necesidad de mantener la nueva consola siempre conectada, o al menos hacer un “check-in” cada 24 horas.
Uno de los jefes de Xbox, Don Mattrick, realizó algunas entrevistas en el marco de la keynote que tuvo Microsoft durante el E3. En una en particular realizada por SpikeTV, el ejecutivo consideró que los usuarios a la larga comprenderán la forma en que la Xbox One relaciona el entretenimiento con su conexión a internet, destacando que de esta forma la consola puede mantenerse actualizada y resistir el paso del tiempo.
“La consola está diseñada para usarse conectada“, dijo Mattrick, y acto seguido cometió lo que se podría considerar casi un sincericidio: “afortunadamente, tenemos un producto para aquellos que no tengan manera de conectarse a internet, se llama Xbox 360“. “¿Ese es el mensaje, ‘quédense con la 360 si no les gusta‘?” consultó del entrevistador, a lo que Mattrick respondió “bueno, si no tenés ningún tipo de conexión, ese es un equipo offline“.
[youtube width=”550″ height=”400”]http://youtu.be/DxkEe_l7S3g[/youtube]Ahora bien, antes de matar al mensajero, vale decir que Microsoft (en declaraciones de Marc Whitten, vicepresidente de Xbox Live) ya había avisado que mantendría la antigua consola a la venta, optando de esta forma por una estrategia interesante: desdoblar el mercado y ofrecer dos productos diferentes, en teoría, orientados a públicos diferentes. De esta forma se comprenden mejor los rumores que indican un rediseño de la UI en la Xbox 360, y el anuncio por parte de la compañía de darle un nuevo look al exterior de la consola, lo que tendrá su correlato según Microsoft en el desarrollo de nuevos juegos y la mayor vida útil de la plataforma, a pesar de que tiene ya varios años.
Por último, el ejecutivo consideró que el problema de la conectividad (o la falta de ella en realidad) no es tan extensivo, y recordó que leyendo algún blog (seguramente con quejas sobre el tema), uno de los perjudicados reclamaba “estoy en un submarino nuclear“, un lugar en el que probablemente sea complicado conseguir una conexión a la red.