28 mayo, 2013
Hace unas semanas les mostramos una galería de imágenes obtenida en la planta que Ken Brown posee en el barrio de Saavedra, en la ciudad de Buenos Aires. Pero no sólo fuimos a eso, también entrevistamos a Patricio Kolker, gerente comercial de Corporate Corp., la firma dueña de la marca Ken Brown y los locales Depot, para que nos cuente cómo es fabricar productos tecnológicos en el país.
El ambiente tecnológico siempre polemiza sobre si en la Argentina se ensambla o se fabrica, ¿cuál es la posición de ustedes?
Muchas veces pareciera que ensamblar es algo que no deja valor comparado con fabricar. Y muchas veces, los que fabrican también ensamblan. En la Argentina, cuando se habla de fabricación, es la fabricación de la placa madre, por ejemplo. Pero la fabricación es una especie de ensamblado de una placa madre. El procesador y la placa de PCB no se fabrican en el país. Lo que se hace es tener todos los componentes por separado, como el estaño, los capacitores, la placa PCB lisa, las memorias y acá se procede al armado, la unión, el soldado.
Esto es lo que se llama fabricación a nivel mundial. La placa de PCB sólo se fabrica en dos lugares en el mundo. Hay sólo dos fábricas de procesadores en todo el mundo: una en Costa Rica y otra en Malasia. Con respecto a los discos rígidos, hay tres fábricas en tres plazas de todo el mundo. Cuando se inundó Tailandia, no encontramos fábricas de discos en otro lado.
Por otra parte, hay que darle valor al ensamblado, sin desmerecer la fabricación. Pero el ensamblado da más trabajo que la fabricación, porque el ensamblado es manual, mientras que la fabricación, en la mayoría de los casos, es robótica. En todos los casos. Cuando fabricás, tenés tres o cuatro personas que revisan que la máquina haga bien la tarea y otras tres o cuatro que hagan el control de calidad. Cuando ensamblás, tenés 20 o 30 personas. Se genera mucho más trabajo ensamblando que fabricando. Sin desmerecer lo que es fabricar, porque nosotros también fabricamos.
¿Cuál es el proceso completo para fabricar un producto electrónico?
Vos tenés un producto para desarrollar, una tablet, una cámara o una computadora, etc. Lo primero que se hace es “desintegrar” todo el producto para ver cuántas piezas que hay que traer para importar. Luego hay que ver todos los pasos para ensamblar, es decir, cuántas posiciones necesitás para armar el producto. Después, hay que armar el BOM (“Bills of Materials” o “Lista de Materiales”) que tiene en cuenta todo el proceso de ensamblado. Y, finalmente, el control de calidad, que incluye el diseño, como la caja del producto, el embalaje, todo eso se crea acá.
¿Cuáles son las decisiones que pueden tener sobre el producto?
Como empresa, podemos elegir el diseño de la carcasa, la cantidad y tipos de tornillos, bisagras, teclado, placas Wi-Fi, lectoras de DVD, etcétera. Se puede hablar con los proveedores para tener un diseño exclusivo. Las notebooks parecen todas iguales, pero, por ejemplo, hay algunas que llevan 60 tornillos y otras que llevan 90.
Nuestro jefe de Ingeniería nos alerta cuando hay muchas piezas porque es difícil para el service. Por ejemplo, los teclados tipo “chocolate” son mucho más difíciles de integrar que un teclado común, porque llevan siete u ocho tornillos más.
Cuanta gente participa en el desarrollo del producto?
En todo el proceso de decidir el producto, donde (el departamento de) Ingeniería da el OK para poder fabricarlo, el jefe de calidad indica que cumple con las características técnicas de Argentina, pues tenemos una norma de voltaje diferente a casi todo el mundo. Estamos hablando de 15 personas en la previa, cuando se define cuál será el producto.
Después, en el ensamblado tenemos turnos de entre 60 y 70 personas en todas las líneas. Tenemos casi la misma cantidad de gente en la producción que en el control de calidad. Nos ha pasado que clientes dijeron “la notebook nos vino sin el manual” o “sin la batería”. Ahora, además de hacer el control de calidad, se pesan todos los productos. Es algo básico y que nos permitió tener menos quejas. Entonces pesamos cada producto y el pallet terminado.
Con respecto al software instalado en los equipos, ¿hay desarrollo local?
Ahora que empezamos a armar tablets, estuvimos hablando con una empresa que diseña software local para empezar a hacer una asociación y así tener software educativo para lanzar una tablet para el Día del Niño. Tendrá juegos didácticos, accesos a páginas web educativas, etcétera.
Tratamos de hacer cosas exclusivas, como una cámara de fotos que viene con lápiz, goma de borrar, anotador y para tener así una especie de “kit detective”. Trabajamos con una agencia de Marketing que nos ayuda en estos temas.
¿Cuál es la participación de Ken Brown en el mercado argentino?
En lo que es notebooks, estamos en un 5 o 7 por ciento, que nos deja bastante satisfechos, porque es una notebook que está hace dos años con una marca que hubo que relanzar y asociarla a tecnología. Y en lo que es tablet, no podemos decir el market share porque hay poco y lo poco que hay vuela. Recién entraremos con tablets en la segunda mitad del año y esperamos tener arriba del 10% del mercado.
Hoy tenemos un desarrollo muy fuerte en tablets: una de 7 y otra de 10 pulgadas. La de 7” es la única del mercado con TV digital, tiene GPS y viene con con el soporte y cargador de 12 voltios para el auto. Y la de 10 es muy linda de diseño y traerá en la misma caja un teclado Bluetooth.
¿Cuántos equipos están produciendo mensualmente?
Tablets, produciremos unas 10 mil por mes. Las notebooks estamos fabricando unas 3.500/4.000 por mes, antes fabricábamos unas 10 mil, pero entraron muchas marcas en el último tiempo, no queremos matarnos con las grandes y hay poco desarrollo de producto, están estandarizándose. En cambio, con las tablets, el desarrollo que se puede hacer es todavía muy grande. Todo va hacia una fusión de tablet y notebook.
¿Han tenido problemas con la importación de componentes?
Hay un proyecto interesante del Gobierno donde, junto con otras nueve empresas de la industria, presentamos un proyecto para fabricar bulbos LED para compensar importaciones. Esto implica que, de todo lo que se importa, estamos destinando un porcentaje a un fondo común o fideicomiso que se dedicará a la fabricación de bulbo LED para consumo interno.
Esto se debe a que la importación de energía es uno de los mayores gastos de divisas del Gobierno. De esta forma, habría un ahorro de consumo de electricidad del 80 por ciento. Con el volumen que manejaremos, podremos ubicar las lámparas LED al mismo precio que una lámpara de bajo consumo. Se fabricarán en un predio del Distrito Tecnológico.
¿Tienen algún beneficio impositivo por fabricar en la ciudad de Buenos Aires?
Ninguno. Tenemos una ventaja porque nos ahorramos un montón de costos de logística que tiene el Sur.
¿Piensan abrir otras plantas fuera de Bs. As.?
En Paraná, Entre Ríos, estamos proyectando una planta que no tendrá que ver con computación en sí. Allí se fabrirán máquinas tragamonedas gracias a un acuerdo con una empresa alemana. También estamos terminando una planta en el Distrito Tecnológico para ampliar nuestra línea de producción. Estamos con el proyecto Conectar Igualdad, el proyecto Ken Brown y el proyecto Vivitar y necesitamos expandirnos.
La oferta de cámaras digitales no es muy amplia en estos momentos, ¿cuál será el diferencial de Vivitar?
Es una marca accesible que tiene el 50 por ciento del mercado de cámaras económicas en EE.UU. La más barata cuesta 449 pesos, tiene 14 megapíxeles y lleva pilas chicas. La de gama “alta” cuesta 749, tiene 16 MP, pantalla táctil y batería. La filmadora graba en full HD y cuesta menos de 1000 pesos.