3 mayo, 2009
Si bien por su escasa potencia y su venta por canales fuera del control de las marcas los juegos para smartphones ocupaban un segundo plano en el sector, con la llegada del iPhone y su potencia gráfica que supuestamente no tiene nada que envidiar a las videoconsolas portátiles, la situación parece estar cambiando.
Además, Apple no fue la primera en asaltar el sector de los videojuegos a través de dispositivos móviles, ya que en el año 2003 Nokia lanzó N-Gage, una especie de “consola con teléfono” que obtuvo la atención de algunos jugadores, pero cuyas ventas fueron un desastre.
Basta comparar los 2 millones de N-Gages vendidos en cinco años con los 17.4 millones de iPhones vendidos en sus primeros seis meses de vida para comprender la distancia entre uno y otro producto.
A ello se suma la existencia de la tienda iTunes, abierta para estos equipos hace poco menos de un año, que no sólo asegura una distribución perfectamente controlada, sino que además cuenta con más de seis millares de juegos en su catálogo, cifra que multiplica la disponible para las consolas portátiles.
A su vez, de los más de 1.000 millones de aplicaciones descargadas por los usuarios para iPhone hasta hoy, se estima que los juegos serían una cuarta parte, y casi todas las principales productoras admitieron que cuentan con planes para adaptar sus títulos a esta plataforma.
En este sentido, las compañías desarrolladoras de juegos se muestran interesadas por el modelo de negocio planteado por Apple, ya que el 70% del precio de venta al público en iTunes es para el creador, frente al 10% -como mucho- en los canales tradicionales, sin contar los ahorros en el soporte físico, promociones, etc.
Una de las firmas preocupadas por el crecimiento del iPhone en este sector particular es Nintendo, cuyo reciente lanzamiento de la cosola Nintendo DSi parece una respuesta directa a la expansión del smartphone de Apple.
Salvo llamar por teléfono, Nintendo DSi hace todo lo que un iPhone: reproduce música, toma pequeñas fotos, navega por internet, puede incorporar una pequeña agenda, y también cuenta con un sistema de descargas: Dsiware, inspirado claramente en el de la Wii, pero que antes que nada es una alternativa frente al exitoso iTunes.
Sin embargo, no se puede negar que la experiencia de juego es bastante distinta en este tipo de unidades -a decir verdad, rudimentaria para los jugadores tradicionales que prefieren pantallas de mayor tamaño y equipos con mayor capacidad de almacenamiento-, y aunque la calidad gráfica es excelente, habría que ver si es suficiente para reemplazar a las plataformas especializadas como prevén algunos analistas del sector.