29 abril, 2013
Dos de los dispositivos más esperados de 2013 han sido “rooteados”. El Galaxy S4 y el Google Glass han pasado por lo que parece ser una parte fundamental de la vida de cualquier dispositivo basado en Android, ahora solo queda ver cuál será el impacto en la vida de los usuarios.
En el caso del Samsung S4 el acceso Root se ha conseguido a través de un exploit llamado Motochopper. El truco funciona en los modelos que utilizan el procesador Qualcomm Snapdragon 600, las versiones internacionales con los Exynos 5 de ocho núcleos no son “compatibles” con este proceso. El Galaxy S4 no tiene un sistema de recuperación personalizado ni imágenes almacenadas por lo que cualquier exceso o error en la manipulación podría ser un gran problema. El S4 puede rootearse, pero quizás convenga esperar un poco más a que algún hacker experto diseñe un método más seguro.
El caso de Google Glass ha despertado algún nivel de polémica. Jay Freeman, un conocido hacker, consiguió el acceso ROOT a los Google Glass a través de un exploit descubierto para Android 4.0 por Hacker B1nary. El truco supone engañar al sistema para que crea que es una emulación y no un verdadero hardware. Esto le da al usuario todos los accesos y permisos dado que las emulaciones solo se usan como pruebas. Otro hacker conocido como Liam McLoughlin también había conseguido el acceso apenas un día antes, pero utilizando otro método que era el esperado por Google. La diferencia es fundamental.
El hackeo de Google Glass abrió una polémica sobre si se podía hablar de un trabajo de “rooteo”. Dan Morril fue el primero en apuntar que no era así (aunque quizás refiriéndose a McLoughlin). Stephen Lau, ingeniero y uno de los líderes de proyecto de Google Glass, señaló que la empresa había dejado abierto el sistema del dispositivo a propósito para que los usuarios pudieran experimentar con él, pero desconocía la existencia de ciertas limitaciones).
Freeman apuntó a su favor que si bien esto podía ser cierto, él había tenido que usar un exploit, puesto que Google no había suministrado todos los materiales necesarios como para que el modo de acceso que ellos habían dejado abierto fuera realmente útil. Finalmente Lau admitió que Google podría haber fallado en este aspecto.
Al parecer la compañía no controló la publicación del Kernel que debía haber salido como Open Source (sólo recientemente lo ha publicado). La polémica fue breve, pero disparó acusasiones para todos lados, luego se descubrió como un mal entendido. Así es Internet.
Fuentes: Digitaltrends, Macworld