Algo común en los AMD Athlon 64 de primera generación, cuyos disipadores juntan mucho polvo y requieren un man­tenimiento esmerado. Lo primero que recomendamos, entonces, es abrir el gabinete y comprobar que ninguno de los ventiladores esté presentando problemas de funcionamiento, y que el del proce­sador en particular no esté funcionando sobre un colchón de pelusa. Si ese es el caso, habrá que desatornillar el ventila­dor del disipador –no hace falta sacar el conjunto completo– y limpiar bien la pieza. Luego rearmaremos y probaremos.

Ya que abrimos el equipo, de paso tam­bién será una buena idea verificar que ningún capacitor electrolítico esté hin­chado: un problema en los capacitores también puede congelar el equipo luego de un tiempo de uso.

Si el problema físico queda des­cartado, lo mejor será iniciar Windows en Modo Seguro –para lo cual presionaremos la tecla <F8> reiteradamen­te durante el arranque– y ejecutar desde allí un análisis completo con un antivirus (AVG Free Edition Anti-Virus es siempre una gran opción y se consigue en http:// free.avg.com) y con un antispyware (la recomendación en este caso es SpybotSearch&Destroy, disponible en www.safer-networking.org). Una infección también podría estar causando este mal funcionamiento.

 

Control de temperatura

Aplicaciones como SpeedFan (www.speedfan.net) pueden ayudarnos muchísimo a evaluar la temperatura del equipo. Al iniciarlas nos mostrarán el valor específico de cada componente, así como la velocidad de funcionamiento de los ventiladores. Con esa información podremos entender si el problema es de un ventilador o de un componente, que quizá por un exceso de overclocking o un error de configuración está fallando. Otra opción es la herramienta llamada CoreTemp (www.alcpu.com/CoreTemp).