14 noviembre, 2012
En el marco de una próxima renovación de autoridades, el gobierno de la República Popular China aumenta la vigilancia sobre internet y las comunicaciones electrónicas.
Las medidas del gobierno de Beijing incluyen controles para que cierta información no trascienda más allá de la frontera, además ejercer la censura en las redes sociales y los motores de búsqueda. A esto se suma el hackeo de cuentas de e-mail de activistas y periodistas extranjeros.
Pero parece que la titánica tarea está dando un poco de trabajo, razón por la cual el gobierno estaría pidiendo a las empresas extranjeras radicadas en su suelo que lo asistan en el control de la información.
Esta medida se conoce luego de la iniciativa llevada adelante hace algunos meses, mediante la cual China ordenó a las compañías foráneas a instalar hardware para permitir el monitoreo de internet y bloquear sitios, mediante equipos conectados directamente a los servidores de la policía. Esta decisión preocupó a las compañías que generalmente usaban software para evitar estos controles, mientras que, aparentemente, las empresas que se rehusaran sufrirían el bloqueo del servicio de internet.
De más está decir que estas medidas condicionan mucho a las compañías, en lo que sería un extraño caso de espionaje empresarial realizado directamente por el Estado, en un panorama que afecta tanto a compañías estadounidenses como coreanas o japonesas. Por su parte, desde Estados Unidos se manifestaron muy en contra de estas medidas, pidiendo incluso sanciones para las compañías que se pudieran beneficiar de este eventual espionaje.
Por otra parte, esta decisión llega a días solamente de que la comisión estadounidense encargada de revisar los negocios entre Estados Unidos y China criticara a la potencia asiática por sus prácticas, y la catalogara como “el actor más amenazante del ciberespacio”.
Vía: The Verge,