22 octubre, 2012
La empresa Playnomics, especializada en análisis de juegos sociales, realizó un estudio entre julio y septiembre de este año que revela que el 85% de los jugadores norteamericanos abandona este tipo de juegos tan sólo 24 horas después de haber comenzado a jugar. Como si esto fuera poco se reveló que el 95% de los jugadores que se consiguieron en julio estuvieron inactivos al finalizar septiembre, aunque la mayoría de aquellos que permanecieron más de 24 horas cambiaron su atención hacía otras cosas luego de 3 días.
El reporte indica que el tiempo de juego de aquellos usuarios que fueron retenidos por 7 días se incrementa rápidamente, mientras que aquellos que se quedaron por más tiempo mostraron una retención temprana mucho mayor. En base a estos números Playnomics concluye que es imperativo que los diseñadores focalizen sus esfuerzos en realizar campañas de retención temprana, aunque también sugieren que se hagan juegos que valgan la pena jugar más allá de una sola sesión antes que gastar el presupuesto en ofertas especiales dispersas.
El estudio también brinda algunos números curiosos: la mayor cantidad de dinero gastada en juegos gratuitos se realiza viernes y sábados, más allá de que estos días son los que la gente se queda jugando por menos tiempo. A la inversa, los lunes y martes son los días en los que se juega por más tiempo, aunque es cuando menos dinero se gasta, siendo las mujeres las que gastan en mayor cantidad que los hombres, pero juegan mucho más tiempo que los hombres antes de comprar algo.
Está más que claro que en un mundo con tantas opciones como el que vivimos actualmente, el cambio de preferencias veloz va a seguir existiendo en los juegos gratuitos, algo que es muy difícil que ocurra en aquellos juegos por los que se paga previamente. También se puede decir que mientras los juegos sociales no provean de un contenido más interesante y una jugabilidad más profunda que no se limite a un festival de clicks, la mayoría de los usuarios interesados en experiencias más gratificantes saldrán despavoridos ante la sóla invitación a jugar un “juego de Facebook”.
