8 agosto, 2012
El nuevo sistema operativo de Microsoft, Windows 8, está cada vez más cerca. Faltan apenas semanas para que los usuarios puedan contar con la versión final y hasta tuvimos la noticia de la filtración de una de estas copias, lo que adelantó un tanto las cosas (aunque no por la vía legal, claro).
Pero lo que genera más noticias al respecto es que, a medida que nos acercamos a la fecha, la empresa va puliendo detalles que confirman o descartan muchas de las teorías que teníamos respecto a Windows 8.
La más relevante es la clara intención de Microsoft de deshacerse de la estructura que venía acompañando al sistema desde 1995: botón inicio + escritorio con accesos directos. La cosa es que los de Redmond quieren meter a presión el uso de su nueva interfaz (hasta no hace mucho llamada Metro y ahora en busca de otro nombre).
Primero supimos que se habían eliminado de la estructura a todas las líneas de código que permitieran a aplicaciones de terceros habilitar el ahora ausente botón de Inicio. Lo que nos quedaba era la posibilidad de, tweak mediante, hacer que Windows iniciara directamente en el escritorio (que en Windows 8 funciona apenas como una instancia del sistema operativo, y para nada como una interfaz de uso completa). Pero no, ya ni siquiera tendremos esa posibilidad. La información llega del portal ZDNet, que tras varias pruebas sobre la versión RTM concluye que, a lo del botón inicio, se suma que definitivamente no se podrá saltear a la interfaz de mosaicos sobre el arranque del sistema operativo.
Si bien no podemos decir que se trate de una “interfaz fea”, el problema principal lo plantean los usuarios que no cuentan con pantallas táctiles, ámbito en el que realmente se hace práctico este sistema. Para computadoras “tradicionales” basadas en telcado y mouse/touchpad, el scroll en esta interfaz puede resultar bastante tedioso.
Y si a lo anterior le sumamos la decisión de retirar funciones que potenciaban al escritorio, como la interfaz Metro, claramente estamos hablando de un rumbo donde la intención es desterrar a este apartado en futuras actualizaciones o versiones, marcando así el final de una era.
La idea no asombra viniendo de Microsoft. No es la primera vez que la empresa trata de imponer cambios en el hardware a partir del sistema operativo, y con esto el mensaje es bastante claro: “si te gusta Windows 8, pero tu computadora no tiene una interfaz táctil y te molesta usarlo con el mouse, empieza a tener en cuenta la posibilidad de cambiarla“.