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Represión en la era digital: Amnistía Internacional celebra el Día de la Libertad de Prensa


Ayer, 3 de mayo, fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa, y en conmemoración a esta fecha Amnistía Internacional nos provee un pantallazo de la situación actual en la que se encuentra el mundo de la comunicación y la libertad de información 2.0: “bloquear motores de búsqueda, cobrar un dineral por usar internet, torturar a activistas para conseguir sus contraseñas de Facebook y Twitter, aprobar leyes para controlar lo que la gente puede y no puede decir en línea”.

Con una visión consciente de la situación, pero asimismo esperanzada, Widney Brown, directora general de Derecho Internacional de Amnistía Internacional aclara que “la apertura del espacio digital ha permitido a los activistas apoyarse mutuamente en la lucha por los derechos humanos, la libertad y la justicia en todo el mundo”. Y sigue “los Estados están atacando a los periodistas y activistas en línea porque saben que estas valientes personas saben aprovechar eficazmente internet para desafiarlos. Debemos resistir a todo intento de los gobiernos de menoscabar la libertad de expresión”.

A continuación el texto publicado por AI España destaca en párrafos escuetos (aunque pormenorizados) la situación particular en cada continente, mencionando, en el nuestro por ejemplo, casos como el homicidio de Regina Martínez, periodista que seguía casos de corrupción y narcotráfico, perpetrado el 28 de abril pasado en su domicilio de Veracruz, México, o las amenazas a Dina Meza, la activista por los Derechos Humanos hondureña.

Represión en Etiopía y Gambia, prisión selectiva en Ruanda, leyes a libre interpretación en Sudán, exilios y 27 periodistas muertos desde 2007 en adelante en Somalia dan cuenta de la crítica situación en África, “uno de los territorios más peligrosos para ejercer el periodismo“. Mientras, en Oriente Medio, cuando no hay ataques a periodistas, si hay represión ante las críticas a los regímenes militares o bien, directamente caen todos los resquicios de libertad ante la ley islámica o sharia.

El texto finaliza con un racconto de la situación en Europa del este, en el que menciona los “regímenes autocráticos de todo el territorio de la antigua Unión Soviética“, y con el pedido de libertad del escritor y poeta Nurmemet Yasin, de la minoría musulmana uigur del oeste de China, encarcelado 10 años por la publicación de un cuento que las autoridades de la Región Autónoma Uigur del Sin-Kiang entendieron como incitación al separatismo.

Entendiendo el eje del texto en las libertades y consecuentes riesgos que, al menos en algunos países, acarrea internet como la enorme herramienta de difusión de ideas e información que conocemos actualmente, llama la atención que Amnistia Internacional (bienintencionada, por cierto) no mencione cuestiones muy caras a la libertad en internet como la media sanción a la Ley CISPA, o al hecho de que Rusia (Estado criticado en el cuerpo del texto) apoye a Julian Assange, uno de los periodistas más molestos para el stablishment mundial.

De igual forma, nada mejor que conmemorar el Día Mundial de la Libertad de Prensa sabiéndonos usuarios (y responsables por sobre todo) de unos de los ámbitos más democráticos de todo el mundo: la internet.

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