15 abril, 2012
Cuando hablábamos del fin de la privacidad, plantábamos que hay un factor más que importante para ir renunciando a la misma: nosotros.
Cuando, luego de infiltrarse en los registros policiales y publicar información personal de aquellos registros, luego de crear citas falsas en el calendario, borrar cuentas de administrador y publicar fotos de Anonymous, repetir lo mismo en los sitios de varios estados norteamericanos más, y encima de eso, subir una foto de su novia con un cartel de burla hacia esas instituciones, Higinio O. Ochoa III eligió renunciar a su privacidad. Algo que, paradójicamente, es muy caro a los hacktivistas.
Luego de sus fechorías molestando a la policía (entre las cuales hackeó el sitio web de la policía del Condado de Houston y la Asociación Canina de la Policía de Los Ángeles), Ochoa, alias w0rmer dentro del grupo CabinCr3w, sacó la foto del profundo escote de su novia a manera de burla y la subió a @AnonW0rmer en Twitter, sin contar con el ínfimo detalle de que su iPhone carga metadatos en las fotografías, que proyeron al FBI de, por ejemplo, la ubicación desde la cual fue tomada la foto: un departamento en Wantirna South, Melbourne.
Una vez conocida la ubicación, se revisaron más fotos de la chica en cuestión (evidentemente trabajar para el FBI no es tan malo) para corroborar datos. Dieron con el Facebook de Ochoa y un nombre, Kylie Gardner, una australiana que resultó ser la novia del W0rmer, un programador de 30 años de Galveston, Texas. Tras comprobar que Gardner era la de la foto a pesar de que no se muestra su rostro, y que, por lo tanto, Ochoa era W0rmer, se produjo el arresto.
Hacia el 20 de marzo Ochoa volvió a Estados Unidos, donde las autoridades allanaron su casa y lo arrestaron. Luego de ser detenido en Houston, Texas, pagó a fianza de 50 mil dólares y se presentó luego, el 10 de abril, en la corte, donde la foto fue presentada como evidencia.
Ochoa aseguró, ante la cercanía del caso de Sabu de LulzSec, que todo la información que le dió al FBI tenía que ver con su caso en particular, y que no traicionó a ninguno de sus compañeros dentro de la organización hakctivista. “Cuando abandoné mi ‘máscara’ estaba totalmente al tanto de las consecuencias y sabía que algún día podía llegar a tener que pagar por mi activismo. Mi vida desde ese momento en adelante fue dedicada a proteger a mis amigos activistas“.
Declaró también que, consultado sobre los agentes acerca de qué harían otros hackers en su situación, dijo que su respuesta fue inequívoca: nadie traicionaría. Pero que una respuesta en frío en realidad hubiera incluido un análisis más detenido:”el problema que veo en el mundo de hoy es la apatía y el deseo de protegerse a sí mismos por sobre los otros, algo que personalmente he decidido no seguir“, y sobre eso, agrega un llamamiento, “los norteamericanos y el mundo necesitan despertarse, apagar la TV y enterarse de que un cambio grande se está acercando“.