9 abril, 2012
Desde Sony adelantaban que el 2012 iba a ser complicado. Resulta que el CEO, elegido hace un par de meses, Kazuo Hirai, estaría bajo muchas presiones para sacar a flote la compañía, que luego de 4 años de pérdida enfrenta un pronóstico de 220.000 millones de yenes de pérdida (o 2.008 millones de euros) al cierre del año fiscal 2011.
La cuestión es que, ante la reorganización que comenzará en Sony a nivel global para paliar su crisis y retomar la buena senda, la firma se desprenderá de 10 mil de sus empleados, lo que representaría una reducción del 6% de su fuerza laboral total, de la cual deberá desprenderse a lo largo del año. La noticia (que nos recuerda a Yahoo! durante la semana pasada), revelada por el órgano de prensa del índice Nikkei de la bolsa japonesa, y recogida por Reuters, indica que entre los despidos habría altos rangos dentro de la compañía, aunque no se aclaran cuántos telegramas corresponderían a trabajadores o ejecutivos japoneses, y cuántos a empleados en el extranjero.
La situación económica de la compañía nipona es complicada hace tiempo. Y como muestra, un botón: el mismo Kazuo Hirai se hará cargo de la división televisores de la firma mientras dure el proceso de reorganización de la estructura de negocios de la empresa.
La mitad de la reducción pronosticada se deberán a la consolidación la industria química de la compañía, como así también su división encargada de LCDs. El anuncio definitivo vendría en un par de días, el 12 de abril, momento en el cual, además de mandar a su casa a 10 mil personas, Kaz Hirai (que entrara en funciones el 1 de abril) pediría la devolución de sus bonos correspondientes al 2011 a siete ejecutivos de Sony, entre los que se encontraría el anterior CEO Howard Stringer.
Por ahora la información no ha sido corroborada, y Sony no se ha manifestado sobre el particular, con lo cual deberemos esperar hasta el jueves para ver si las noticias son tan malas como parecen. Asimismo, siempre atentas, las acciones de la compañía subieron un 0,6 % luego de revelarse la noticia del posible recorte.