21 marzo, 2012
Fórmulas rayadas sobre cuadernos de investigación y cartas a amantes y a su madre conforman, entre otros, los documentos personales de Albert Einstein, que están desde ahora subidos y disponibles para cualquiera. La iniciativa parte desde la Universidad de Princeton (institución donde Einstein desarrolló su trabajo en Estados Unidos) y el California Institute of Technology. En tanto, el presidente de la Universidad Hebrea de Jerusalén (casa de altos estudios que publica y tiene los derechos sobre los documentos de Einstein), Menajem Ben Sasson, destacó que este proyecto trata de “universalizar el conocimiento“.
Einstein donó 80.000 documentos a la Universidad Hebrea de Jerusalén en su testamento tras su muerte en 1955. La mitad de ellos corresponde a información personal, y se incluyen en la muestra para mostrar el costado humano del genio. De este gran número, solo 900 de estos documentos estan disponibles en el sitio de la universidad, registros que irán ampliándose cada tanto.
En esta primera tirada se pueden ver 2 mil documentos, que conforman un total de 7 mil páginas, los cuales comprenden la vida privada y pública de Einstein hasta el año 1921. Hay que decir que Einstein, como uno de los fundadores de la casa de altos estudios de Jerusalén, donó en 1925 el manuscrito original de su Teoría de la Relatividad, cuatro años después de ganar el Nobel de Física.
La colección, en tanto, incluye 14 cuadernos con notas de investigación escritas a mano, cartas a otros científicos contemporáneos, una explicación de la teoría de la relatividad escrita a mano, y un resumen de la famosa ecuación E=MC2, además de documentos menos conocidos, cartas a su madre, correspondencia privada con sus amantes, cartas de fans, y bromas sobre su pelo.
Y atentos a todos los que pensaban que era verdad aquello de que Einstein tenía problemas de aprendizaje cuando jóven: entre los documentos aparece un certificado de notas de la escuela a la que asistió en Suiza a los 17 años, donde aparece como un buen estudiante, obteniendo 6 (donde el 6 es lo máximo, claro) en materias como historia, álgebra, geometría y física. La peor nota es un 3 en francés.
Para verlos no hay problema, ahora, si ustedes pretenden atesorar digitalmente alguno de estos registros, hay que decir que no va a ser posible, ya que los derechos sobre estos documentos continúan en poder de la universidad israelita, y no es casualidad: la cesión y explotación de los derechos de imagen del físico han llegado a aportar a la universidad hasta un millón de dólares anuales.
