1 febrero, 2012
Todo lo bueno algún día se termina. Windows XP, el sistema operativo que reemplazó al bochorno de Windows Me y que resistió el fiasco de Windows Vista, dejará de recibir soporte, actualizaciones y parches por parte de Microsoft.
A no desesperar: esto no ocurrirá de la noche a la mañana. Microsoft decretó que la “muerte” de Windows XP SP3 tendrá lugar el 8 de abril de 2014, fecha en la que dejará de recibir soporte junto con otro producto veterano y también muy popular: Office 2003. Es decir que todavía le queda al menos un par de años de vigencia, gracias en parte a que su período de soporte oficial se extendió luego del sonoro fracaso de ventas de Windows Vista.
Recordemos que Windows XP fue presentado en octubre de 2001, y más de diez años después sigue instalado en una cantidad enorme de equipos. Las estadísticas revelan que el 43% de las PCs todavía utilizan Windows XP, lo que representa a millones de usuarios más que conformes con su desempeño.
Sin embargo, la versión de Windows más popular del mercado está comenzando a mostrar señales de antigüedad. Por ejemplo, no puede gestionar la memoria ni los procesadores multinúcleos de 64 bits tan bien como Windows 7, y con el paso del tiempo y los avances en hardware, estas desventajas se están volviendo cada vez más notorias. Con los rumores que anuncian la salida de Windows 8 en octubre de este año, el final de Windows XP resulta inevitable.
Con la intención de facilitar la migración de los usuarios a las nuevas versiones de Windows y Office (en especial, los usuarios corporativos), Microsoft ofrece un conjunto de herramientas gratuito para que los administradores de sistemas transfieran los datos de sus equipos sin dificultades ni tropiezos. De esta manera se espera acelerar el traspaso de manera ordenada, y terminar definitivamente con el largo reinado de Windows XP en favor de las nuevas versiones del sistema operativo.